El docente y director de la Fundación “Cartoneros y sus hijos” habló en la 99.9 sobre el trabajo que realizan acompañando a los hijos de los recuperadores en su camino educativo para ayudarles a leer y escribir.
La educación es un problema latente en la Argentina donde durante los últimos años, se han dedicado sistemáticamente a destruir el proceso educativo para muchas personas. Aquellas personas con ciertas carencias en su entorno, directamente no aprenden lo básico que debieran y por eso, la sociedad se enfoca en dar respuestas.
Así se generó la Fundación “Cartoneros y sus chicos” que tiene como director y profesor a Diego Giulisasti quien contó en la 99.9 el trabajo que realizan para alfabetizar a los hijos de aquellos que se dedican a la recuperación: “hace 11 años nuestra fundadora, Renata Jacobs, conmovida por la situación que vivían los cartoneros y sobre todo los chicos que salían a cartonear con sus padres, decidió emprender este proyecto educativo para hijos e hijas de cartoneros. En 2018 nos formalizaron y se formó la fundación “Cartoneros y sus chicos”. El objetivo es acompañar la trayectoria educativa de los hijos de cartoneros”.
Ahora están trabajando específicamente con un grupo de personas que es el alcance que pueden tener en la actualidad, pero que no son pocos: “tenemos una cooperativa de cartoneros que son nuestros principales aliados, se llama “Las Madreselva” que cartonean en barrios de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Saavedra y Nuñez. Son 600 personas las que la integran y los estamos acompañando con un espacio propio en Pilar. Recibimos a 160 chicos de entre 6 y 18 años, de lunes a viernes y los sábados tenemos un programa de jóvenes libres donde el foco está puesto en el foco de vida, el próximo paso después de la escuela para chicos de 15 a 18 años”.
Si bien concurren a la escuela, no reciben los conocimientos que debieran y también son conscientes que no cuentan con un respaldo tampoco en la casa para que sus padres puedan acompañarlo: “el 98% de los chicos están escolarizados, pero tenemos una situación educativa compleja porque la escuela está en una situación difícil en los barrios donde trabajamos nosotros. Sumado a esto, son familias donde los papás tienen primaria completa y nada más. El 15% de todos los adultos que relevamos, terminó el secundario y por eso les resulta difícil acompañar la educación de sus hijos”.
Si el sistema educativo funcionara, no deberían existir este tipo de problemas en el futuro, pero todo parece empeorar: “debería haber cada vez menos organizaciones que se dedican a esto porque los chicos van a la escuela. Estamos viendo como podemos acompañar a los adultos con la lecto escritura porque se acercan a pedirnos que les enseñemos a ellos también porque se emocionan al ver como sus hijos aprenden a leer y escribir”.
Los problemas que se generan con la falta de educación a futuro pueden tener una fuerte incidencia incluso en la productividad económica: “hay que repensar el sistema educativo porque la brecha entre los que saben y no saben, es cada vez más grande y eso nos traerá problemas a nivel país. Supongamos que crecemos de manera sostenida durante los próximos años, no vamos a tener gente para trabajar porque la escuela no se proyectó en ese sentido”.
Los alcances de la tarea que realizan pueden expandirse mucho más y a través de la tecnología también incorporaron otra forma de alfabetizar desde cualquier lugar: “nos estamos encontrando en el relevamiento que estamos haciendo con que alrededor del 50% de los chicos de entre 6 y 18 años no sabe leer ni escribir, ahí estamos apuntando nuestros esfuerzos. Además de los programas que desarrollamos, estamos haciendo un programa paralelo de alfabetización porque hay una problemática muy grande con los hijos de cartoneros con voluntarios virtuales. Les damos un celular para que se conecten y se conecta un voluntario virtual para enseñarle a leer y escribir. Tenemos voluntarios argentinos en Dinamarca que le están enseñando a leer y escribir a hijos de Cartoneros, por ejemplo”, finalizó Giulisanti.