El Ministerio de Hacienda decidió elimilar a Petrolera del Cono Sur del registro de firmas que operan en el mercado del petróleo en la Argentina.
Petrolera del Cono Sur, filial local de la empresa venezolana PDVSA, está a punto de dejar de operar en la Argentina. La compañía, que en los últimos años viene sufriendo serios problemas financieros y económicos, fue dada de baja como operadora de hidrocarburos en el país por el Ministerio de Hacienda de la Nación.
Así lo informa la propia petrolera en una carta enviada a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en la cual admite que ha sido notificada por la Dirección Nacional de Refinación y Comercialización de la cartera que conduce Nicolás Dujovne de que ha sido eliminada del “Registro de Empresas Petroleras – Sección Elaboradoras y/o Comercializadoras”, Res SEN 419/ 98.
De todos modos, en la carta sus ejecutivos aclaran que la medida “no nos impide continuar con nuestras operaciones habituales de provisión de combustible en las estaciones propias, lo cual permaneceremos efectuando”.
Es decir, por ahora seguirá abasteciendo a las pocas estaciones de servicio que conforman su negocio local, pero no podrá continuar con el resto de sus actividades en el mercado petrolero local.
La resolución 419/98 a la que hace referencia la información de Petrolera del Cono Sur se refiere a la categorización de las empresas que elaboran y comercializan combustibles en la Argentina, incluyendo a las que compiten en el mercado de solventes, en todos los casos gravados por el impuesto a la transferencia de combustibles.
Si bien no se conocen las razones de la medida, uno de los artículos de la resolución permite “propiciar la caducidad o suspensión de la inscripción de una empresa” si no cumple con varios requisitos como el de informar mensualmente sobre sus actividades.
De hecho, por sus problemas financieros, la filial local de la petrolera chavista se encuentra siempre al borde de la disolución. En el último balance cerrado el 30 de septiembre pasado informó pérdidas por $178 millones, un activo por $112 millones, un pasivo total de $282 millones y un patrimonio neto negativo de $170 millones.
No se trata de un escenario novedoso, ya que la crisis que afecta a Petrolera del Cono Sur se remonta por lo menos a febrero del 2016, cuando su pasivo obligó a PDVSA a enviar fondos frescos para rescatarla.
Es más, ese año desde Venezuela le inyectaron casi $100 millones para sostener las actividades de la petrolera que en el país opera con la marca Sol y que controla una red de 70 estaciones de servicio y una refinería.
Viejas glorias
En tiempos del kirchnerismo y de Hugo Chávez, la sociedad llegó a tener objetivos grandilocuentes, como quedarse con los activos locales de Shell o transformar a la recién creada Enarsa en una petrolera con fondos de la nación bolivariana que iba a operar una red de 600 estaciones de servicio y a encarar ambiciosos planes de exploración, refinación y distribución de combustibles.
Eran los años en los cuales Chávez desembarcaba en el país con planes para convertir a PDVSA en el mayor referente energético local que inició con la compra de 150 estaciones de servicio de la firma Rhasa y de los activos de la uruguaya Ancap.
Y que buscó expandir intentando sumar las casi 900 estaciones de servicio y la refinería de Shell para ubicarse en el segundo puesto del mercado y desafiar al reinado de la española Repsol, por entonces dueña del 100% de YPF.
Hasta llegaron a contemplar la creación de una empresa energética multinacional con el nombre Petrosuramérica que iba a estar integrada por Pdvsa, Enarsa y que prometía embanderar todas las estaciones de servicio bajo la marca PDVSur e incorporar como socia a Ancap.
Sin embargo, más de una década después del sueño kirchnerista-bolivariano la empresa está ahora al borde de dejar de operar localmente. De hecho, hasta se encuentra sin conducción gerencial ya que a principios de diciembre presentó su renuncia sin expresión de causa Miguel Humberto Tarazona Gómez, quien ocupaba el cargo de presidente de la petrolera. Pero no fue el único. También se fueron su vicepresidente, Ángel Manuel Morales Plasencia, y el resto de los directores titulares Vicente Miguel Sarli y Darío Oscar Zanello.
Para intentar normalizar su directorio, la compañía convocó a una asamblea que se llevará a cabo el próximo 23 de enero en la sede de la petrolera.