Las ejecutaciones de tres presos en el día de ayer, se vivieron como los primeros signos de justicia desde que el conservador Shinzo Abe está en el poder. Lo ocurrido indica que el país nipón seguirá sin cuestionar la pena capital.El país asiático, único Estado industrializado y democrático que junto con EEUU aplica la pena de muerte, fue cuestionado por organizaciones humanitarias que volvieron a exigir que se abra un debate público.
Tal y como establece la ley japonesa, las ejecuciones se dieron en diferentes prisiones del país. Los tres reos que recibieron la pena de muerte fueron Kaoru Kobayashi, de 44 años, condenado por haber asesinado a una niña de 7 años a la que antes había intentado violar; Masahiro Kanagawa, de 29 años, detenido en 2008 por apuñalar a varias personas en un ataque que tuvo un muerto y siete heridos y por matar a un hombre de 62 años al que acuchilló tras allanar su casa; y Keiki Kano, de 62 años, acusado de estrangular a la dueña de un bar a quien no quiso pagarle las bebidas que había consumido.
El ministro de Justicia, Sadakazu Tanigaki, autorizó con su firma las tres ejecuciones y aclaró que“todos estos casos fueron crímenes atroces que segaron preciadas vidas por motivos egoístas”. En septiembre de 2012, Japón ejecutó a dos reos. Entre ellos, la primera mujer en 15 años. En la actualidad, el 80% de los ciudadanos japoneses apoya la pena de muerte.
“Creemos que el nuevo gobierno tiene la firme intención de aplicar la pena de muerte de manera constante, según lo que se desprende de las palabras del ministro”, explicó a Efe, la gestora de Amnistía Internacional en Japón. Según cree, será “difícil esperar que se vuelva a instaurar un comité de estudio o que se abra un debate público”, debido a que el conservador Partido Liberal Demócrata (PLD) que estuvo en el poder por más de 50 años, nunca consideró la posibilidad de revocar la pena capital.
Amnistía Internacional considera que hay mucho secretismo en torno a las ejecuciones, a pesar de que el gobierno nipón mostró en 2010 por primera vez a los medios de comunicación las salas donde se llevan a cabo y explicó parte del procedimiento.
También denuncian que los condenados no conocen la fecha de su ejecución hasta la misma mañana en que va a producirse. En la actualidad, hay 134 presos en el corredor de la muerte de Japón. Muchos de ellos llevan más de una década esperando su sentencia.