El lunes, los argentinos disfrutarán su 15° día festivo del año. Y el debate se recalienta: la política oficial de feriados beneficia claramente al turismo, pero el mayor tiempo de esparcimiento tiene su contracara. Los expertos señalan que impacta negativamente sobre otros sectores, como la industria y la construcción. La balanza comercial turística, un dolor de cabeza.
El próximo lunes, millones de argentinos disfrutarán de su 15° feriado en lo que va del año. Con el pretexto de la conmemoración del paso a la inmortalidad del General San Martín, muchos aprovecharán el sexto fin de semana largo de 2013 para volcarse a las rutas y colmar los principales puntos turísticos del país. Otros descansarán en casa y darán rienda suelta al ocio y al consumo.
Pero la fiesta del turismo no será completa: como en cada asueto, miles de empresarios Pymes, industriales y comerciantes volverán a poner el grito en el cielo por las pérdidas económicas que les genera la política de feriados para todos.
Es que, si bien la popular decisión oficial de marcar cada vez más días no laborables en el actual calendario beneficia ampliamente al sector turístico y sus actividades vinculadas, lo cierto es que aún no está claro el impacto de los feriados sobre el resto de la economía argentina.
Y ante un contexto de desaceleración económica y estancamiento del salario real, las preguntas se empiezan a acumular como los autos en la ruta 2 durante Semana Santa. El boom del turismo, ¿alcanza para compensar la merma de la actividad en otros sectores? ¿Cuál es la contracara del mayor tiempo de esparcimiento? ¿Cuánto cuestan a la economía realmente los días no laborables?
Con los 19 feriados y los siete fines de semana largos de hasta cinco días de duración decretados para este año, los argentinos no trabajarán uno de cada tres días en 2013. El dato surge de sumar los días festivos y todos los fines de semana del año, agregado un promedio de diez hábiles de vacaciones. El resultado da 133 días de ocio, que ubican a la Argentina entre los países con más feriados del mundo en la actualidad (ver recuadro).
La política de reordenamiento de feriados que impulsa el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tiene como telón de fondo la intención de dinamizar los destinos turísticos, reactivar las alicaídas economías regionales y estimular rubros como el transporte, la hotelería y la gastronomía. Y no hay dudas de que el aumento del 60% en los días no laborables desde 2009 trajo sus resultados. De las cifras oficiales de la Encuesta de Viajes y Turismo, se desprende que a lo largo del último año hubo una erogación de más de $ 8 mil millones por parte de los turistas argentinos durante los feriados. Y la tendencia se mantiene en 2013. Siempre según datos aportados por el Ministerio de Turismo, en el último fin de semana largo de junio, que contó con feriado puente, 1.200.000 personas se desplazaron por las rutas del país. Así las cosas, el sector y sus actividades asociadas podrían representar alrededor del 7% del PBI.
Sin duda, el calendario de feriados adoptado por el Gobierno en los últimos años tiene como principal beneficiario al sector del turismo. pero castiga a muchos otros sectores de la economía, tal como asegura Arturo García Rosa, presidente de la consultora hotelera HVS.
El costo del feriado
A la hora de evaluar el impacto de los feriados en otras áreas de la economía, la cartera que dirige Enrique Meyer no muestra la misma celeridad ni eficiencia para presentar informes. De hecho, a pesar de que el Gobierno suele remarcar que su gestión en el sector es una política de Estado, no se conocen estudios oficiales sobre el impacto de los feriados en áreas que no estén ligadas directamente al turismo.
El Cronista WE intentó comunicarse en reiteradas oportunidades con el Ministerio de Turismo, pero no obtuvo respuesta. La consultora Analytica tomó la posta y, con el calendario de feriados 2013 en mano, realizó una estimación de sus efectos a nivel sectorial. Su conclusión: el costo de cada día feriado en la Argentina equivale a $ 4.430 millones. Con lo cual, el almanaque completo de días festivos en 2013 superará los $84.000 millones.
El análisis revela que la industria manufacturera es la más afectada, con una reducción de producción de $ 990 millones por día. También se destaca al golpeado sector de la construcción, que pierde $450 millones por cada día no laborable. Los bancos, el comercio mayorista y minorista y servicios como la educación y la salud, también figuran en la lista de los principales perdedores.
Los sectores más perjudicados son aquellos que obtienen ganancias de forma independiente y necesitan facturar, pero no pueden hacerlo durante los feriados, sostiene el titular de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram. Y agrega: ”esta política también afecta a los que tienen empleados y deben pagar sueldos por días en los que éstos no producen”. Para el economista, cuando se suma un feriado al almanaque, se le está incrementando el costo laboral a todos los sectores productivos y solo unos pocos podrán sacar beneficio.
En la misma línea se expresa Camilo Tiscornia, director de CyT Asesores: “el calendario de feriados perjudica a todos los sectores en general. En última instancia, terminan pagando más caro a sus empleados, ya que virtualmente les pagarán el mismo sueldo pero trabajan menos días. Aunque esto es aún más complejo en actividades industriales“.
En tanto, tres representantes de cámaras sectoriales consultados por El Cronista WE reconocen, siempre en estricto off the record, su descontento con la política de feriados, a la cual definen como una dificultad más que se agrega a cuestiones como las trabas a las importaciones o el atraso cambiario, por caso.
En el primer semestre se encendieron algunas luces amarillas para el turismo interno. Por un lado, porque el atraso cambiario incentiva a los turistas argentinos a viajar al exterior en detrimento de los destinos internos. Y por otro lado, porque desalienta la llegada del turismo extranjero (ver recuadro: Balanza…)
El otro factor que podría jugar en contra de una de las niñas mimadas de la gestión kirchernista es el estancamiento del ingreso real de los trabajadores. Claramente, el turismo es una de las cosas que primero se recortan cuando uno tiene menos capacidad de compra. Los próximos años estarán signados por una pobre performance económica y alta inflación, una mala combinación para el sector, advierte Abram.
El mito
Ante el aluvión de feriados, no son pocos los analistas que entienden que es un error suponer que la extensión de los días festivos implica necesariamente una menor producción. Muchos coinciden en que, en la medida en que los feriados se conozcan con antelación (y para ello solo hay que revisar el calendario oficial), las empresas pueden programar su producción para cumplir con las metas previstas. Según el economista y ex director de la fundación ProTejer, Mariano Kestelboim, la baja del tiempo laboral es administrable para las empresas, porque los nuevos feriados se fueron agregando paulatinamente en los últimos cinco años.
Los feriados representan aproximadamente un 3% del tiempo anual de trabajo, según la cuenta el actual coordinador económico del think tank oficialista SIDbaires, quien señala: ”para recuperar las horas no trabajadas, en general las empresas intensifican tareas, con horas extras o pagando premios por productividad. De ser necesario, también pueden optar por sumar turnos o contratar más personal“.
Para el director de estudios y análisis de Ecolatina, Juan Pablo Paladino, está claro que esta situación implica mayores costos para las empresas pero también mayores ingresos para los trabajadores, ya que un empleado percibe el mismo ingreso por menor cantidad de horas trabajadas. A su vez, pone en valor el efecto redistributivo de la política de feriados, sobre todo a nivel geográfico. Más gente gastando en destinos turísticos puede potenciar los ingresos de una región en particular, en detrimento de otras, como por ejemplo las grandes urbes, señala Paladino. Y así lo refleja una rápida comparación entre el gasto turístico interno entre 2006 y 2012: si antes, la mayor parte de la torta se la llevaban destinos tradicionales como la Costa Atlántica o la Patagonia, hoy el buen desempeño del Litoral, el Noroeste y Cuyo hablan de una más pareja distribución regional.
Paladino también destaca que el nuevo calendario modifica la distribución temporal del gasto turístico. Está más repartido a lo largo del año y menos concentrado en vacaciones de invierno o verano. Al respecto, los expertos coinciden en que el negocio en los centros turísticos se ha desestacionalizado. Es decir, se ha vuelto menos dependiente de meses de temporada alta, lo que trae aparejada una reducción en la presión de los precios en enero y febrero, como también un flujo más constante en la inversión y en el empleo.
En la balanza
Quien haya planificado una escapada para alguno de los cinco fines de semana largos que ya ofreció el 2013, habrá disfrutado -o sufrido- en carne propia el crecimiento del turismo interno. Para los pocos que todavía no se animaron a recorrer las rutas argentinas, van algunos cifras oficiales. Casi 10 millones de argentinos viajaron durante el 2012 por el país. Para el sector hotelero, eso supuso 36 millones de pernoctes para alcanzar los $ 8.000 millones en gastos totales.
Pero hasta los defensores más acérrimos de la estrategia de mayor esparcimiento, reconocen que el aluvión de turistas no compensa la pérdida de rentabilidad que suponen los costos ocasionados por los feriados. En ese sentido, las Pymes son las más afectadas, porque la incidencia del costo de la mano de obra es mayor en su producción, distingue Kestelboim. Y dispara: “la redistribución del ingreso en favor de los trabajadores genera cierto rechazo por una parte de los empresarios, que no tienen forma de identificar el efecto indirecto del incremento de la demanda vinculado a la medida”.
García Rosa también esboza un balance sobre la política de feriados para todos: “está produciendo una falta de competitividad que no es compensada por la mejora que pueda provocar en el sector específico que se ha intentado privilegiar“.
En tanto, los trabajadores ya dieron su veredicto y celebran la medida. Una encuesta del Ministerio de Turismo refleja que el 94% de la población coincide en que los fines de semana largo incentivan el turismo y que un 77% de los consultados cree que los feriados incrementan el consumo. Un dato más a tener en cuenta para los empresarios: el 39% de los encuestados aseguró que rinde más en su trabajo gracias a los feriados.