El deporte como blanco

pag 13 foto aLa tragedia de la maratón de Boston escribió otra página cruel en la historia del deporte. Otro capítulo de una larga sucesión de hechos que mancharon el deporte con sangre.

Desde las muertes ocurridas en los Juegos Olímpicos de Munich, pasando por el atentado en la maratón de Sri Lanka, hasta las tragedias provocadas en estadios de fútbol y las amenazas terroristas que terminaron con el Rally Dakar en África.
El incidente más recordado en el mundo del deporte es la masacre de Munich, en 1972, cuando los miembros de la delegación de Israel fueron secuestrados y asesinados por un grupo de origen palestino autodenominado “Septiembre Negro”. Armado con fusiles AK-47 y granadas, escondido en bolsas de deporte, el comando terrorista se introdujo en la sede de la delegación israelí sin impedimento alguno.
El secuestro derivó en una matanza, después de un fallido rescate en el que murieron 17 personas: 6 entrenadores israelíes, 5 atletas israelíes, 5 terroristas y 1 policía alemán. Pese a la ola de peticiones para cancelar el evento olímpico, a la mañana siguiente se celebró un acto en homenaje a los atletas israelíes en el Estadio Olímpico; luego, los juegos continuaron con el programa previsto.
Dos décadas después, en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996, una bomba en el Parque Olímpico provocó dos muertos y 110 heridos. El Comité Olímpico Internacional decidió también seguir adelante con las competencias. En los días sucesivos, se guardó un minuto de silencio al inicio de cada jornada.
La maratón de Boston no es la primera en sufrir un atentado terrorista. En 2008, cuatro meses antes de los Juegos Olímpicos de Pekín, trece personas murieron y otras 90 resultaron heridas en un atentado suicida durante una maratón en Sri Lanka. La explosión fue atribuida a la guerrilla tamil, cuando el ministro de Infraestructuras se disponía a dar la salida de la prueba.
Un año más tarde, la selección de cricket de Sri Lanka sufrió otro atentando. Doce hombres armados con granadas, cohetes y fusiles AK-47 atacaron el autobús del equipo cuando se dirigía al estadio deportivo de Lahore. Murieron ocho paquistaníes y seis jugadores resultaron heridos.
En 2010, murieron 88 personas durante un partido de voleibol en Pakistán, como consecuencia de un atentado suicida. Un terrorista accedió al pabellón donde se disputaba el partido. Conduciendo un todoterreno, se inmoló con explosivos y provocó una masacre en una aldea próxima a Lakki Marwat, al noroeste del país.
El fútbol también ha sido víctima de trágicos sucesos durante las últimas décadas. En 2010, el autobús en el que viajaban los futbolistas de la selección de Togo fue atacado por un grupo terrorista atribuido a la guerrilla separatista del Frente para la Liberación del enclave de Cabinda (FLEC). El conductor del vehículo, el jefe de prensa togolés y el asistente técnico del equipo murieron en el ataque y varios jugadores resultaron heridos.
En el mismo año, al término de un partido de la Liga Egipcia, murieron 74 personas y otras 248 fueron heridas en la ciudad egipcia de Port Said. La trifulca comenzó al finalizar un partido entre los equipos Masry y Ahly, con el resultado de 3-1 favorable a los primeros. Los seguidores del Masry invadieron el campo y corrieron tras los jugadores del equipo visitante, lo que derivó en un enfrentamiento entre las dos hinchadas.
En el año 2004, un aviso de bomba obligó a evacuar a 70.000 personas del estadio Santiago Bernabéu en pleno partido entre Real Madrid y Real Sociedad. Los espectadores abandonaron en calma el estadio por el terreno de juego y los futbolistas salieron sin pasar previamente por el vestuario. No se produjo ninguna explosión, ni en el estadio ni en las inmediaciones, como había anunciado la llamada anónima realizada al diario Gara. Ocho años antes, en mayo de 1992, la banda terrorista ETA colocó un coche bomba junto al estadio Vicente Calderón. La explosión dejó nueve heridos en los instantes previos al partido Atlético de Madrid-Logroñés de Liga.
Un partido de fútbol en Irak derivó en una matanza en 2010 como consecuencia de un doble atentado. Un coche bomba explotó en las cercanías del estadio y un terrorista kamikaze detonó su cinturón de explosivos en pleno partido en Tal Afar, al norte de Bagdad.
En el año 2000, tres personas resultaron con heridas leves como consecuencia de la detonación de una carta bomba que explotó en las gradas de un estadio italiano durante un partido entre Livorno y Pisa de la Tercera División.
El Rally Dakar huyó de África ante las continuas amenazas de grupos próximos a Al Qaeda, que durante años amenazaron con atentar contra los participantes y aficionados en Mauritania y otras partes africanas. En 2008, la prueba fue suspendida a raíz de la recomendación del gobierno francés, prevenido por las amenazas de atentados. Desde entonces, la prueba se disputa en el continente americano.