Las autoridades federales confirmaron este jueves que detuvieron a un grupo de 13 personas vinculadas a una milicia de extrema derecha que planeaba el secuestro de la líder demócrata Gretchen Whitmer, gobernadora del estado de Michigan, al considerar excesivas sus medidas para intentar frenar la propagación del Covid-19.
El plan de secuestro y posible asesinato de la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, que era orquestado por 13 personas vinculadas a un grupo de extrema derecha, fue frustrado por el FBI.
De acuerdo al tribunal federal del estado liderado por esta política demócrata de 49 años, seis de los implicados en el caso ya fueron acusados de manera formal por conspirar para llevar a cabo el rapto de la alta funcionaria y el de varios colaboradores, cargos por los cuales podrían enfrentarse a cadena perpetua.
Entre tanto, a los otros siete implicados les fueron imputados delitos vinculados al terrorismo, por apoyar las acciones de la milicia identificada como ‘Wolverine Watchman’.
La información oficial recabada por las autoridades sobre el funcionamiento del citado grupo da cuenta de que se trataba de una organización integrada por ultraderechistas que, tras un periodo de seguimiento encubierto, logró ser infiltrado por agentes del Buró Federal de Investigaciones, la mayor agencia de indagación criminal del Departamento de Justicia estadounidense.
La investigación permitió determinar que los integrantes del grupo compraron armas y llevaron a cabo jornadas de vigilancia ante la residencia de Whitmer a fin de calcular el momento menos riesgoso para su secuestro.
Según lo planeado por la citada milicia, el rapto de la gobernadora y de algunos funcionarios gubernamentales más iba a ser perpetrado en vísperas de los comicios presidenciales programados para el 3 de noviembre.
El plan de “instigación de una guerra civil”
Dana Nessel, la fiscal general de Michigan, precisó que con el secuestro de Whitmer la organización ‘Wolverine Watchman’ buscaría también “instigar una guerra civil” en la nación presidida por Donald Trump.
“Cuando nuestros líderes se reúnen, envalentonan o fraternizan con terroristas domésticos, legitiman sus acciones y son cómplices”, afirmó Whitmer.
Técnicamente, lo establecido por el FBI y descrito por medios locales es que este grupo surgió durante el verano, después de que más de una decena de ciudadanos se reunieran en Ohio con el propósito de formar una “milicia autosuficiente”.
Convenientemente, los integrantes de la organización planearon raptar a la gobernadora en su casa de vacaciones, ubicada en la isla de Mackinac, Michigan, debido a que tomarse el Capitolio de dicho estado les resultaría mucho más complejo y requerirían del respaldo de al menos 200 hombres para romper el esquema de seguridad local.
Dadas las carencias para ejecutar su plan de julio, los implicados postergaron su objetivo hasta octubre, con lo que buscarían vengarse también por las que consideran como acciones de “poder descontrolado” por parte de la alta funcionaria en la definición de restricciones por la pandemia.
El detonante de la molestia del grupo contra la gobernadora
El cierre de los establecimientos comerciales y la prohibición de aglomeraciones en Michigan fueron los detonantes del descontento de este grupo contra Whitmer.
Tras raptarla, los detenidos pretendían trasladar a la gobernadora hasta una suerte de escondite que habían preparado en un punto apartado de Wisconsin.
Poco después de haber sido puesta sobre aviso, Whitmer agradeció a los oficiales que lograron detener el plan en su contra y cuestionó la gestión de Trump y su controvertida reacción de rechazo a la violencia impulsada por grupos de extrema derecha en el marco de las protestas contra el racismo registradas en los últimos meses.