El hermano del juez Lijo, dueño de una aseguradora cuestionada

Compró parte de Caledonia, que fue señalada por el tamaño de sus deudas ante la Superintendencia de Seguros.

Fue vendedor de empanadas en el conurbano, pero después de caminar los pasillos de Comodoro Py supo construir una fortuna que le permitió comprar casas, autos de lujo, construir un haras y hasta montar una compañía de seguros. Alfredo Lijo, el hermano del juez federal, es dueño de la aseguradora Caledonia, según se desprende de los documentos oficiales que LA NACION recolectó durante los últimos nueve meses.
El hermano de Ariel Lijo desembarcó en 2014 en la empresa: compró el 20% de las acciones por poco menos de $2 millones. Se quedó con “el casco” de una vieja compañía de seguros en desuso, pero con una licencia habilitada para explotar el negocio. Y así fue: multiplicó sus activos durante los primeros tres años, pero ahora está inhibida por la Superintendencia de Seguros (SS) y con un déficit de $251 millones.
Freddy, como conocen al operador los jueces y fiscales, reunió a un grupo de amigos para desembarcar en Caledeco SA, la firma controlante de Caledonia Seguros. Todos los socios, que ingresaron al negocio con partes iguales, tienen vínculos con la política: Ernesto Chalabé es amigo de José María Olazagasti, el secretario privado de Julio De Vido; Marcelo Rocchetti es el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad bonaerense, y Fernando Dapero (presidente de la firma) fue condenado por corrupción en el PAMI de Víctor Alderete.
El hermano del juez Lijo y sus amigos compraron Caledeco SA, que, a su vez, se quedó con el 99,9% de Caledonia. Meses después, a mediados de 2014, la compañía de seguros ya estaba metida en el mercado: montaron cinco oficinas en el conurbano, invirtieron en publicidad y compraron muchos autos. La inversión multiplicó la cantidad de clientes, entre ellos jueces federales como Eduardo Freiler, que aseguró tres de sus Mercedes-Benz de colección, según consta en documentación oficial.
Caledonia tenía bienes por $17 millones en 2014, que crecieron en apenas un año hasta los $93 millones y se volvieron a multiplicar hasta los $176 millones en 2016, según consta en los balances de la empresa. Pero detrás del crecimiento, la compañía de seguros también registró deudas millonarias. Entre ellas, aportes y contribuciones impagas con el Estado en 2016, tal como consta en el documento oficial.
Pero llegaban las alertas a medida que la aseguradora aumentaba su protagonismo. “Caledonia no cumplimenta, con las cifras expuestas, las disposiciones vigentes sobre capitales mínimos y cobertura”, señaló un informe de la comisión fiscalizadora presentado en agosto de 2016 ante la SS. Otra auditoría externa ya había advertido sobre “un déficit de $26 millones”.
La empresa presentó un plan de readecuación ante las autoridades, pero la SS dictó la inhibición general de sus bienes en septiembre de 2017, al haber acreditado un déficit de $109 millones. Apenas se hizo pública la decisión oficial, desde Caledonia se defendieron con un comunicado: “Somos una compañía solvente que está afectada por una normativa que castiga el éxito medido en términos de abrupto crecimiento”. Pero la situación se agravó en enero de este año, cuando hizo público que Caledonia duplicó su déficit hasta los $251 millones.
Por ese motivo, la compañía multiplicó su capital social en los últimos meses hasta sumar $233 millones. Y Caledeco SA, la controlante que manejan Freddy Lijo y sus socios, también puso otros $88 millones. Pero no les alcanzó para levantar la inhibición general de bienes, aunque les permite funcionar y emitir nuevas pólizas.

Compañía normal

Desde la compañía aseguraron que la composición accionaria de Caledonia cambió con las inversiones en capital realizadas en los últimos meses, a pesar de que esos movimientos todavía no se reflejan en los documentos oficiales: “Ahora Caledeco [la empresa de Lijo] tiene solo 45% de las acciones”, detallaron. Y cuestionaron: “No sé por qué vas a escribir un artículo sobre Caledonia. Es una compañía de seguros normal”.
La situación patrimonial de Freddy Lijo era holgada allá por 2014, cuando ingresó en Caledonia. El operador judicial ya había comprado el terreno para construir el haras La Generación, en Dolores, un emprendimiento millonario que frecuentaba su hermano juez.
Con Cristina Kirchner en la Casa Rosada, los hermanos Lijo se posicionaron en Comodoro Py. El operador sacaba ventaja en los pasillos de los tribunales y su hermano Ariel ganaba ascendencia entre los jueces hasta convertirse en el máximo referente de la Asociación de Jueces Federales.
Freddy se acercó a De Vido a través de Olazagasti, el secretario privado del entonces ministro. Olazagasti, Freddy Lijo y Chalabé (su socio en Caledonia) trabaron una relación de amistad que se extendió a otros negocios. Los dos últimos invirtieron $2 millones cada uno para crear la financiera Luminico Investment SA en abril de 2015. La amistad incluía, también, al empresario Roberto Vignati, titular de Radio El Mundo. Los tres, incluso, compartieron un viaje en avión privado a Cuba en 2015, según pudo reconstruir LA NACION.