Sergio Rulicki, especialista en comunicación no verbal, habló con la 99.9 y analizó las muestras de simpatía ante la situación de salud de la Presidente, desde el punto de vista de su especialidad, que es el análisis de los gestos. “Cuando uno la mira a Cristina ve que siempre…. está conteniendo sensaciones de altísima intensidad de ira”
Rulicki explicó que hay una tendencia natural a solidarizarnos con quien está sufriendo pero que eso lleve a acciones de ayuda hacia otra persona es otra cuestión. Lo cierto es que por lo menos frena la hostilidad. “Más allá de lo que cada uno pueda sentir por la Presidenta esta situación moviliza resortes evolutivos internos que están incluso en nuestros genes para ser solidarios cuando alguien sufre”, apuntó.
También indicó que nuestra herencia biológica nos pone en una situación de estar a merced de individuos que, por sus tendencias hacia la dominancia, por sus habilidades, nos tratan de manera tiránica. Eso es parte de nuestra herencia de monos primates. Paralelamente a eso, la especie humana ha evolucionado hacia la cooperación. Es un fenómeno de las últimas décadas que cada vez haya más mujeres que ocupen los roles más altos de la dominancia en la jerarquía social. “Pensemos en una Europa manejada prácticamente, por lo menos en el económico por una mujer, por Ángela Berker”, invitó.
Además manifestó que el lenguaje de la dominancia ha sido siempre el lenguaje del poder masculino, que es el lenguaje de la agresión. Básicamente, esa dominancia se transmite a partir de la expresión facial de tres emociones: la ira, el desprecio y el asco, que son emociones de rechazo interpersonal, mientras que la cooperación está indicada por las sonrisas. “Las expresiones de ira uno las conoce por el ceño fruncido pero hay otras características más sutiles como el hecho de que en las personas iracundas se suele inflar la boca en el área específica que está entre el labio inferior y la encía. Cuando uno la mira a Cristina ve que siempre tiene ese globito. Siempre está conteniendo sensaciones de altísima intensidad de la ira, el enojo o la furia”, destacó.
Por último expresó que en los últimos diez años las investigaciones han mostrado que ha habido una preferencia de los públicos, a nivel masivo, por un tipo de liderazgo que se vuelque a lo tradicionalmente femenino y que está siendo adoptado por los hombres. “En Argentina, un ejemplo es Massa que habla suave. En su spot puede ver que la forma de hablar es apaciguadora. En los políticos más asesorados, con más equipos de prensa, con mayor actividad y conciencia en la importancia que tiene su expresividad corporal y la presencia que tienen en los medios usan la política de apaciguamiento. En Massa es natural, en Insaurralde es bien impostada, y en el caso de Macri, muy estudiada y muy entrenada”, opinó.