La Dra. Ana Cristina Zarlenga, especialista en Medicina Nuclear, es la responsable de introducir en Argentina la tecnología PET, un estudio que permite detectar tempranamente el cáncer para poder atacarlo inmediatamente. “Hoy, es un estudio de aplicación diaria en oncología”, indicó. Y aclaró que todavía no está disponible en todo el país, solo en las grandes ciudades.
La detección temprana del cáncer sigue sumando tecnologías. El PET ha sido una de las últimas en desarrollarse para nuestro país, aunque se trata de una técnica utilizada en el resto del mundo durante mucho tiempo.
Una de las principales impulsoras de introducir el método en Argentina es la Dra. Ana Cristina Zarlenga, especialista en Medicina Nuclear. Esta mañana en la 99.9 explicó que “el PET significa Tomografía por Emisión de Positrones, y la intención de aplicarlo tempranamente es para encontrar lo antes posible la lesión tumoral”.
El origen de esta tecnología de diagnóstico está en el inicio del siglo y se desarrolló para trabajar sobre otros campos: “en Argentina comenzó una década más tarde del inicio en Europa o Estados Unidos, es una tecnología vieja, de 1940, que se empezó a utilizar para el sistema nervioso central. Después se vio que era muy útil para el cáncer. Hoy es un estudio de aplicación diaria en oncología”.
Más allá de que, en realidad, la principal prevención del cáncer pasa por el paciente, esta tecnología permite ahorrar mucho tiempo en la detección, fundamental para luchar contra la enfermedad: “lo fundamental es la prevención y la educación, ahí se previene el 50% del cáncer. En el caso del PET, es una técnica de medicina nuclear donde se utiliza una sustancia muy similar al azúcar común que usamos todos los días, que se llama Flúor 18 Glucosa. Le ponemos una molécula radioactiva y lo que identificamos son aquellas células que consumen más azúcar, dentro de ellas están las células cancerígenas que captan más esta sustancia”.
La diferencia con el azúcar real está en que esta sustancia se queda adherida a las células, haciendo mucho más sencilla su detección. “Cuando ingresa a la célula, se acumula allí porque el cuerpo no la puede degradar como una azúcar común, así nos permite ver desde afuera en qué lugar está y donde se ubica. Casi todos los tumores hoy en día, el 99% de los pacientes oncológicos en algún momento de la evolución de su enfermedad, utilizarán un PET. Se pueden observar lesiones de un mínimo de 6 milímetros y tomar decisiones para ver si es necesario operar, entre otras cosas”, puntualizó Zarlenga.
Si se decide operar, se puede hacer una cirugía más eficaz con la información recogida en el PET: “en lo quirúrgico, te puede decir directamente dónde está el tumor e ir a buscarlo directamente. Estudiás más razonablemente al tumor y podés implementarle una terapéutica lo más precoz posible”.
Si bien está comprobado el importante aporte que representa esta técnica para las personas que padecen cáncer, en nuestro país todavía no es tan sencillo acceder al PET. Ése es el gran desafío que hoy se plantea el grupo de trabajo que encabeza la Dra. Zarlenga: “lamentablemente, está bastante concentrado en las grandes ciudades, hay zonas donde no llega esta tecnología. En general, las obras sociales ahora las están cubriendo. Aun así, el paciente que no tiene una obra social debe recurrir a muchos trámites hasta conseguir que le aprueben un PET, y es un tiempo preciado para el paciente. El tiempo, en cáncer, significa vida”.