Bélgica se convirtió en el primer país del mundo en aprobar la eutanasia para menores de edad.
Con 86 votos a favor, 44 en contra y 12 abstenciones, la Cámara de Representantes belga dio el visto bueno al proyecto que el Senado había aprobado en diciembre pasado, que permite que cualquier paciente, sin restricción alguna de edad, pueda solicitar el terminar con su vida.
El proyecto, que debe ser firmado por el rey Felipe para convertirse formalmente en ley, impone ciertas condiciones para que un menor pueda solicitar la eutanasia.
La solicitud debe contar con la aprobación de sus padres y de un equipo médico, la enfermedad debe ser terminal y el paciente debe sufrir dolores que no puedan ser aliviados por ningún tratamiento médico.
A diferencia de los mayores de 18 años, cuyo derecho a la eutanasia aprobó Bélgica en 2002, los niños no podrán solicitar el fin de sus vidas basados en “sufrimiento psicológico” sino en padecimientos físicos extremos.
Holanda, otro de los pocos países europeos donde la eutanasia es legal, aprueba la solicitud de terminar con la vida de un paciente desde los 12 años, siempre y cuando exista el consentimiento de los padres.
La muerte y la edad
Una de las condiciones fundamentales para la aplicación de este derecho es que el menor de edad esté consciente de la decisión que está tomando, pero la capacidad de discernimiento de un niño sobre lo que significa la eutanasia ha sido uno los principales argumentos de los opositores a la ley.
Drieu Godefridi, miembro del grupo antieutanasia belga The Yellow Bibs dijo a la BBC que “la idea de que un niño pueda decidir sobre su propia muerte es una ficción jurídica”.
“Pensar que un niño de 6 años pueda entender el concepto es un error, simplemente no es posible”.
Para la oncóloga infantil Jutte Van Der Werff, del Hospital Universitario de Bruselas, “mientras más mayor sea el niño, mayores son las posibilidades de que entienda la situación”.
Sin embargo, dijo la doctora belga a la BBC, “hay niños muy pequeños que entienden lo que está pasando y hay adultos que no”.
En 2012 Bélgica registró 1.432 casos de eutanasia, un 25% más que en 2011, y la mayoría fueron mayores de 60 años que padecían un cáncer incurable.