El respiro de Wuhan: volver a la calle después de dos meses encerrados

Desde que el 23 de enero se decretara el cierre de esta ciudad hoy por primera vez algunos vecinos han podido salir de sus casas, dar un pequeño paseo y respirar aire, actos muy simples que se habían convertido en bienes de lujo.

Nada ha vuelto a ser igual desde aquella mañana del 23 de enero. Wuhan amaneció nublado, con las calles vacías y casi todos los comercios cerrados. El único sitio abierto en Jianhan Road, en el centro de la ciudad, era el Starbucks. Allí dentro, la camarera, tras avisar de que era obligatorio llevar la mascarilla en lugares públicos, mostraba en su móvil una nota que acababa de publicar el People’s Daily, el diario oficial del Partido Comunista: “A nadie de Wuhan se le permitirá salir de la ciudad”.

En ese momento, del aeropuerto acababan de despegar los últimos vuelos, hasta arriba de pasajeros que habían logrado escapar en el último suspiro. Todas las estaciones de tren estaban precintadas. Y decenas de furgones policiales habían cortado las carreteras que daban acceso a la ciudad. China, justo en la víspera del Año Nuevo Lunar, había tomado una medida sin precedentes: poner en cuarentena una urbe de 11 millones de personas. La culpa la tenía una extraña neumonía, entonces técnicamente bautizada por la OMS como el coronavirus 2019-nCov, que ya había dejado más de 550 infectados y 17 muertos.

Tras el cierre de Wuhan, muchos vecinos se lanzaron a los pocos supermercados que permanecían abiertos y arrasaron las estanterías ante el temor de que la cuarentena fuera más estricta con el paso de los días. No se equivocaron. La siguiente medida, mientras las urgencias de los hospitales se colapsaban, fue prohibir que la gente saliera de sus casas. Lo que nadie pudo prever entonces es que esa neumonía se acabaría convirtiendo en una pandemia que paralizaría todo el planeta.

Hoy, dos meses después, Wuhan empieza a ver la luz, literalmente. El sol ha salido y la capa de contaminación se ha limpiado después de 60 días de calles desiertas. Y el eterno bloqueo de la ciudad va remitiendo a medida que son otros los países que imponen más restricciones para frenar el coronavirus.

China se ha vuelto a despertar sin ningún caso de contagio local. Además, es el quinto día consecutivo que la cifra de muertes baja de 10. Los datos no dejan de sonreír al gigante asiático desde que, hace dos semanas, el presidente Xi Jinping visitara Wuhan para escenificar que su país había ganado la batalla contra el coronavirus gracias al confinamiento de millones de personas.

Un cerrojazo que parece que pronto llegará a su fin en el epicentro de la pandemia. Hoy, en Wuhan, por primera vez desde que se decretó la cuarentena total, algunos vecinos de un barrio alejado del centro, han podido salir de sus casas y pisar las calles. Unos pocos han decidido visitar las tiendas de alimentación que han abierto. Otros, dar un pequeño paseo. Ese acto, a priori tan simple como estirar las piernas y respirar aire, se había convertido en un ansiado bien de lujo no sólo para los habitantes de Wuhan, sino para el resto de las más de 56 millones de personas que residen en la provincia de Hubei.

En este mundo, ahora golpeado por una crisis sanitaria sin precedentes recientes, hacía falta una buena noticia. Y ver cómo una ciudad sitiada va recuperando algo de normalidad, es un alivio y un indicador para que la gente sepa que por muy gris que se vean ahora las cosas, del Covid-19 se sale.

CÓDIGO VERDE: PUEDES IR A TRABAJAR

En Wuhan ya se están abriendo las fábricas y retomando una mínima parte de la actividad industrial . Los empleados, si tienen el código verde en sus móviles que verifique que no presentan ningún síntoma, van a ir esta semana volviendo a sus trabajos. A los que el cierre les pilló fuera de Wuhan por las vacaciones del Año Nuevo chino, también pueden volver a la ciudad. Ayer llegó el primer tren con 1.000 trabajadores. Y aquellos que trabajan en otras ciudades de China y a los que esta crisis los encerró en Wuhan, también podrán ir retornar estos días.

En toda China se han reportado más de 81.600 contagios y más de 3.270 muertos. Ayer, por primera vez desde el jueves, apareció una nueva infección local. Aunque este lunes, la cifra ha vuelto a ese ansiado cero. La preocupación en Pekín continúan siendo los casos importados de otros países. Hoy, concretamente, la Comisión Nacional de Salud ha reportado 39. En total ya van 353 casos importados. Incluso 50 viajeros que llegaron desde España ya han dado positivo.

A finales de la semana pasada, a todos los extranjeros o ciudadanos chinos que llegaban a Pekín las autoridades los enviaban a un hotel, pagado de su bolsillo, para pasar los 14 días de cuarentena. Ayer, los vuelos que iban a llegar a la capital se empezaron a desviar a los aeropuertos de otras 12 ciudades chinas ante el temor de que Pekín se llenara de más casos de contagio o de pasajeros encerrados en cuarentena.