El Investigador Principal del CONICET habló en la 99.9 sobre el análisis que realizó acerca del libro “Nunca Más”.
El libro “Nunca Más” marcó una época muy sensible para la historia reciente argentina y el Investigador Principal del CONICET y profesor de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, Emilio Crenzel, decidió tomarlo como objeto de estudio.
En la 99.9, comentó las conclusiones de su análisis desde distintos aspectos: “el Nunca Más me atrajo inicialmente por su relevancia en la escena política y pública argentina para dar cuenta del pasado más terrible del país. Dada la circulación como Best Seller del libro, su presencia en las escuelas y la frase Nunca Más en la opinión pública, era un objeto relevante para pensar cuál era la memoria dominante en el país sobre ese período”.
En ese sentido, destacó dos posturas que hicieron posible que se investigara y se produjera el libro: “fue producto de la voluntad del gobierno de Alfonsín de investigarlo y del esfuerzo del movimiento de Derechos Humanos que también sugirió recomendaciones que fueron incluidas por la CONADEP en su informe. El Nunca Más, luego de su publicación, se fue transformando al compás de los usos y resignificaciones que lo grupos hicieron con él”.
Ese repaso lo llevó a entender que la publicación, a la vez, tuvo un reposicionamiento dependiendo de quienes eran los que lo interpretaban: “pude entender en esas variaciones, porque el Nunca Más apareció en la escena pública y como cambiaron las lecturas con el paso del tiempo hasta el año 2000”.
En aquellos años, los organismos de Derechos Humanos ejercieron primero una fuerte presión para obtener un paso previo a la CONADEP y el libro: “reclamaban una Comisión Bicameral para que se haga la investigación porque desconfiaban que se llegara a los juicios”.
Para investigar se eligió una fecha puntual en el inicio de la Dictadura, pero no se profundizaron las violaciones que se dieron en tiempos previos y dentro de gobiernos peronistas: “se estableció como responsables del terrorismo de estado a la junta militar desde el 24 de marzo de 1976, sin embargo las violaciones a los derechos humanos formaron parte también de la política represiva de los gobiernos peronistas entre el 74 y el 76. La decisión tuvo un fundamento político para indicar que se necesitaba la democracia”.