La antropóloga Laura Golpe y la geógrafa Norma Molero analizaron esta mañana en la 99.9 las declaraciones del ministro japonés Taro Aso, quien indicó que los anciandos de su país debían apurarse a morir por el estado de las finanzas. “Es una barbaridad que consideren que ésa es la salida”, agregó Molero.
Las recientes declaraciones del ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso, tuvieron numerosas repercusiones. El funcionario había pedido que los ancianos “se apuren a morir”, teniendo en cuenta la gran cantidad de dinero que demandan su asistencia y el Seguro Social.
Esta mañana, la antropóloga marplatense Laura Golpe señaló en la 99.9 que “es aberrante lo que dijo el Ministro, desde el punto de vista de los Derechos Humanos, desde el gerontológico y también desde lo que significa el perfil de un funcionario público. Lo que me preocupó es que el guante que tiró fuera recogido por países como España, donde una funcionaria de Desarrollo Social estuvo de acuerdo”.
Estas ideas han estado presentes en la historia, por eso Golpe recordó: “desde el paleolítico superior se practicaba el gerontocidio, y también el infanticidio. Zonas como el norte de América ya practicaban el suicidio; en Siberia, en Australia, en Samoa y otros lugares del planeta tenían ritos de muertes. Hay otra práctica, el regicidio, común en distintos pueblos de África donde los jefes no toleraban la vejez y directamente asesinaban al jefe de la tribu y lo reemplazaban por alguien joven. Eso se repitió en Asia y América”. La comparación con el presente hace pensar que los dichos de Aso reflejan una mentalidad retrógrada: “estas prácticas aberrantes son de vieja data, pero estamos en el Siglo XXI. Este hombre no puede practicar rituales de expulsión y fomento del suicidio colectivo, una forma de holocausto de mayores”.
Pero lo que le llama la atención a la especialista es que esta ideología venga de una cultura como la japonesa: “Japón tiene mucho respeto por los adultos mayores. Tienen hasta un día, que es el 30 de septiembre, que es el Día del Abuelo. Los asientos de los trenes tienen un lugar para personas mayores: son los’ asientos de plata’. Se olvidaron de todo eso a partir de la crisis económica. Mañana lo podrán hacer con las mujeres, los niños, los pelirrojos y demás. Es algo muy peligroso a nivel social y político”.
Por otro lado, destacó que ha cambiado mucho la mirada del mundo y, al parecer, nadie dio una respuesta a esto: “un país en desarrollo y con tanta tecnología hace este llamamiento al mundo, y la comunidad reacciona poco”.
Mirada geográfica
Continuando con el mismo análisis, la geógrafa Norma Molero buscó en la historia poblacional del país la explicación para esta realidad reflejada por el ministro Taro Aso. Estableciendo un parámetro, se refirió a nuestra ciudad: “el crecimiento en Mar del Plata de la cantidad de adultos mayores es muy grande, por migraciones internas principalmente. Supera el 18%, mientras que la media está en un 7% a nivel mundial para ser considerado una población envejecida”.
En cuanto a lo sucedido en Japón, Molero destacó que “los datos del Banco Mundial a diciembre de 2011 nos habla de un Japón con 23% de ancianos, superando a los países nórdicos. Es decir que hay un estrato muy fuerte de ancianos en la pirámide de población de este país”.
El país oriental vivió una reconstrucción que marcó su futuro y se tradujo en la situación actual. “Después de la Segunda Guerra Mundial y la reconstrucción de su país, que les llevó la década del ’50 y del ’60, con una inclusión muy fuerte de la mujer, se produjo un efecto sobre el control de la natalidad y sobre la fuerza laboral. Mejoraron el estándar de vida, por la mejora industrial. En los ’70 y ’80 se habían hecho planes al respecto, con un bienestar largo, como se decía, tratando de controlar algunas enfermedades. Eso derivó en mayor longevidad”, explicó Molero. Luego abundó: “todo esto, sumado a la prosperidad y la migración de la parte rural a la parte urbana con gran concentración, hace que el acceso a la Salud es más fácil. Algunas enfermedades no se han erradicado. Y el programa que dio frutos durante tanto tiempo, ahora les acarrea un problema; según este ministro, una problemática social que no habían previsto”.
Por otro lado, recordó que “Japón tiene la mayor esperanza de vida del mundo. Además, tiene muchas personas mayores de 100 y 110 años”. Esa podría ser una explicación al presente japonés y las posteriores declaraciones de Taro Aso: “ahora pensamos cómo no planificaron esta situación. Es una barbaridad que consideren esa es la salida”.