Esteban Beltrán: “Existe una cepa virulenta de dirigentes que instrumentalizan la pandemia para socavar derechos humanos”

El presidente de Amnistía Internacional en España habló a través de la 99.9 brindando una visión de como la pandemia ha servido en muchos casos para fines políticos.

Varios gobiernos han aprovechado el contexto de pandemia para avanzar sobre la privación de libertades en las sociedades. Así lo advirtió el Director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán a través de la 99.9 respecto de distintos ejemplos alrededor del mundo.

“Hace décadas que vivimos de políticas demonizadoras de sectores de la sociedad o medidas de austeridad desacertada como no invertir en salud y han hecho que muchas personas sean presa fácil del virus. Hemos visto personal sanitario en Argentina contagiado, las personas empleadas en el sector informal que tienen que elegir entre la comida o la salud; han sido traicionados por un sistema de salud desatendido y un apoyo económico muy desigual”, explicó.

Esto es fruto de una clase dirigencial que alentó ciertas prácticas y así lo dejó en claro: “a esto se le suma una cepa virulenta de dirigentes que instrumentalizan la pandemia para socavar derechos humanos como en Hungría donde se reformó el Código Penal introduciendo penas de hasta 5 años para aquellos que difunden información falsa sobre el COVID o en Filipinas donde el presidente ordenó a la policía tirar a matar contra quienes protestan o causan problemas en el confinamiento. En el mismo Brasil, la policía entre enero y junio del año pasado mató a 3.181 personas, es decir una media de 17 al día”.

Los límites son importantes porque incluso llevan a la sociedad a cierta confianza en las medidas. En el caso español, Beltrán remarcó que “la principal preocupación no tiene que ver con el confinamiento y las mascarillas, son aceptados pero siempre y cuando no superen los límites de los derechos humanos. Lo que genera preocupación en España y otros países europeos fue el impacto de las políticas públicas en las residencias mayores. De los 75 mil personas que murieron en España, 30 mil son personas que viven en residencias. Hubo órdenes en algunas comunidades autonómas para que no los lleven a hospitales”.

Por último, hizo hincapié en las decisiones que se toman en un contexto particular y luego se extienden demasiado en el tiempo: “legislaciones excepcionales luego se quedan décadas y pasan a ser permanentes. Hay que tener cuidado con eso. La legislación internacional indica que cuando uno dicta medidas excepcionales se pueden restringir algunos derechos pero sólo durante un muy corto período de tiempo y por motivos necesarios y proporcionales”.