La doctora en Biología habló en la 99.9 sobre el estudio donde descubrieron que 1 de cada 5 filetes de pescado que se vende en la costa bonaerense no es de la especie que dice la etiqueta y destacó que no hubo respuesta alguna a la publicación de estos datos.
El estudio fue tan revelador que podría generar una reacción política, sin embargo, no sucedió así. Un grupo de investigadores del CONICET descubrió que 1 de cada 5 filetes de pescado que se venden en la costa bonaerense no son de la especie que dice la etiqueta en lo que representa un verdadero fraude al consumidor.
La doctora en biología Gabriela Delpiani es quien encabezó el trabajo y habló en la 99.9 destacando que “con el trabajo descubrimos que muchos de los reemplazos que se están haciendo en pescaderías se hacen con especies que son vulnerables. Se usan Cazon y Gatuso que son tiburones, peces cartilaginosos, con períodos reproductivos muy largos y pocos ejemplares de descendencia; a diferencia de la merluza que deja muchos ejemplares, por ejemplo. No da la dinámica poblacional si se explota de la misma forma”.
Esta venta de especies que están en peligro, la enmascaran de distintas maneras y por eso explicó que “lo venden como Palo Rosado, evitan llamarlo tiburón porque sino la venta será menor, pero es tiburón. Consideramos que todo lo que sale del agua cuando pescan se vende, sea raya, tiburón o lo que sea”.
Después de la presentación de este trabajo, esperaban una respuesta política al respecto, porque es una de las salidas a la problemática: “nadie se interesó por esto. Tenemos muchas ganas de trabajar para que se haga una reglamentación como existe en muchos países. A las pescaderías que tienen este tipo de actividad le ponen una multa o lo cierran. Es un fraude económico al cliente y además es una cuestión ambiental”.