Greenwald y un periodista de derechas se golpean en un programa de la radio brasileña

Augusto Nunes lo golpeó cuando el columnista de ‘The Intercept’ lo llamó cobarde por haber insinuado que cuidaba mal a sus hijos.

Una escena deprimente protagonizada por dos periodistas sacudió Brasil y las redes sociales de buena parte del mundo. Augusto Nunes, de 70 años, comentarista de la radio Jovem Pan, y Glenn Greenwald, director de The Intercept Brasil, se pelearon en directo y la discusión terminó con agresiones físicas de Nunes hacia el periodista y abogado estadounidense. Estaban sentados juntos durante el programa Pánico, que tiene gran audiencia en el país, cuando Greenwald le reclamó a Nunes un comentario que hizo el 1 de septiembre en un programa de esta emisora. Nunes insinuó que Greenwald y su marido, el diputado David Miranda, le dedicaban poco tiempo a sus dos hijos, que son adoptados. Señaló que Miranda trabaja en Brasilia [a 450 kilómetros de Río de Janeiro], mientras Greenwald, según Nunes, se dedicaba a batallar en Twitter o a utilizar “mensajes robados”, en referencia al intercambio de mensajes filtrados por The Intercept de los fiscales del caso Lava Jato. “Esto debería ser investigado por un tribunal de menores”.

Este jueves, Greenwald echó en cara a Nunes su comentario sobre sus hijos. “Él [Nunes] dijo que un juez debería investigar a nuestros hijos y decidir si debemos perder la custodia. Dijeron que deberían ir a un refugio, sin ninguna base, acusándonos de que no nos preocupamos de su cuidado”, dijo Greenwald, aunque Nunes no usó exactamente esas palabras. Nunes sostuvo que su comentario era una ironía, en tono de humor y que Greenwald no lo supo interpretar. “Lo invito a demostrar en qué momento pedí que un tribunal hiciera eso [llevar a sus hijos a un refugio]”. El reportero de Jovem Pan negó que hubiera mencionado la palabra tribunal, aunque en realidad sí lo hizo.

Greenwald se enfadó y llamó a Augusto Nunes “cobarde” cuatro veces. Segundos después, Nunes perdió el control y atacó a Greenwald, que también se levantó. El programa de radio es transmitido en vivo, en vídeo, por redes sociales por lo que en cuestión de segundos todo Brasil se enteró de la pelea entre los dos famosos periodistas, que tuvieron que ser separados por personal del programa que posteriormente se interrumpió.

En un país dividido por la refriega política, Nunes y Greenwald ocupan trincheras opuestas. El primero es comentarista de la radio Jovem Pan, afín a la derecha y que apoyó a Jair Bolsonaro en su carrera hacia la presidencia. Se trata de un columnista respetado, con varios libros que se utilizan como referencia para los periodistas, aunque radicalizó su discurso en los últimos años. Reivindica los ataques al Partido de los Trabajadores (PT) y apoya incondicionalmente la operación Lava Jato que llevó el expresidente Lula da Silva a la cárcel. Greenwald —también mundialmente conocido— es una voz crítica con la narrativa impuesta por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, que tacha al PT de ser el partido más corrupto de Brasil y considera que Lava Jato es la panacea de la corrupción brasileña. The Intercept Brasil tuvo un papel fundamental en una investigación conocida como Vazajato, en la que también colaboró EL PAÍS, y que arrojó luz sobre la actuación de los fiscales de Lava Jato, y el entonces juez Sérgio Moro. Los reportajes de Vazajato sacudieron la credibilidad de los juicios de Moro y pusieron en duda la hipótesis de que era una operación imparcial.

La pelea entre los dos periodistas incendió las redes, y la pérdida de control de Nunes plasmó el momento de extrema polarización que vive Brasil. La escena se utilizó en Twitter como un ejemplo de cómo se debe atacar a la prensa, advirtió la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (Abraji).

Este martes Nunes ganó el premio nacional al mejor columnista de opinión y mejor periodista especializado en política. Tras los numerosos ataques aseguró que siempre fue una persona que supo lidiar con opiniones diferentes y que nunca se había peleado de esta forma, hasta este jueves. El periodista respondió en un vídeo publicados en las redes sociales y aseguró que se dejó llevar por sus instintos, pero evitó admitir que sobrepasó una línea roja al utilizar a la familia Greenwald para atarcarlo. La emisora Jovem Pan pidió disculpas a sus oyentes y a Greenwald