El fiscal Alejandro Pellegrinelli brindó detalles esta mañana sobre la banda de reducidores que lograron atrapar en las últimas horas. Explicó que “el principal implicado se llama Osvaldo Zelayeta y los detenidos de Vidal son Florencia Saranía, Adrián Asqueta y Luis Alberto Santillán”.
Una investigación liderada por el fiscal Alejandro Pellegrinelli terminó desbaratando en Mar del Plata una banda de reducidores, una de las cadenas del delito que habitualmente sale impune en cada causa.
En esta oportunidad, se llevó adelante una importante tarea que terminó con cuatro detenidos y que involucra también personas de Coronel Vidal. “El principal implicado se llama Osvaldo Zelayeta y los detenidos de Vidal son Florencia Saranía, Adrián Asqueta y Luis Alberto Santillán. La femenina y el último citado tienen relación familiar con el principal sospechoso”, explicó el fiscal esta mañana en la 99.9.
Luego abundó: “es un grupo de gente que son reducidores de distintos hechos delictivos cometidos en la ciudad. Venían siendo investigados desde hacer algunos meses, había video filmaciones muy jugosas de cómo se hacía la reducción, hubo escuchas telefónicas para explicar el que y el cómo de los precios y las negociaciones”.
Gracias a los datos recogidos, se pudo intervenir: “fueron allanados un domicilio principalmente investigado en Mar del Plata, un taller y otro domicilio en Coronel Vidal. Todavía no pudimos establecer si tienen antecedentes pero creemos que sí”, señaló sobre los detenidos.
En este tipo de causas, también juega un papel importante aquél que compra los objetos robados y genera un mercado activo. Sin embargo, Pellegrinelli señaló que es muy difícil ir detrás de todos los que compran los objetos. “Quien accede a sujetos de estas características sabe por aproximación que lo que compra no es de origen lícito, no recibirá factura, no tendrá el envoltorio original. Quienes compran, al menos presume que es algo robado”, puntualizó. Luego agregó que se podría profundizar la investigación en ese sentido, utilizando mayores recursos: “resulta dificultosa la identificación de las personas que compran, habría que hilar muy fino en los contactos telefónicos para llegar a esa gente que termina comprando los elementos sustraídos. Sólo tenemos algunos dominios de automotores acudiendo al domicilio, en ese caso sería más fácil llegar”.
También destacó que es difícil llegar a todos los que proveen de elementos robados a esta banda porque es un grupo muy grande que va cambiando y, además, la actividad parecía no tener pausa: “el grupo es variable completamente, cualquiera que esté en el delito sabe que puede acudir a ellos para la reducción. La actividad no se detenía en ningún momento, no tenemos un volumen definido, pero si podemos saber que es mucho. Ha sido incesante y permanente. Había pasado a ser una actividad normal para ello, “su” actividad”, concluyó.