El jefe de investigadores del Instituto para el Desarrollo Social de Argentina (IDESA), Jorge Colina, planteó esos dos puntos como inicio para abordar la discriminación laboral que hoy afecta a los jóvenes en Argentina. En diálogo con la 99.9, señaló también que “tenemos un cuarto de los chicos que estudia. La mitad trabaja, aunque sea mal. El otro cuarto son los ni-ni”.
El Instituto para el Desarrollo Social de Argentina (IDESA) realizó un informe donde se presentan estrategias para enfrentar la discriminación laboral que afecta a los jóvenes en nuestro país. El jefe de investigadores, Jorge Colina, habló al respecto esta mañana en la 99.9 y destacó que “el trabajo apunta a los jóvenes de entre 19 y 24 años, que es cuando egresan de la secundaria y, aun cuando piensan en seguir estudiando en la universidad, deberían empezar a pensar en el inicio de su vida laboral activa”.
Dentro de ese rango, los números que han podido recoger son realmente llamativos e incluyen a los “ni-ni”, los que no estudian ni trabajan. “Hay un panorama muy heterogéneo. El 45% de los chicos está estudiando o trabajando en un empleo en blanco y asalariado. El resto, más de la mitad, tiene un problema de empleo más o menos severo. El 30% está trabajando, pero en una situación precaria como empleo en negro. El otro 25% son los famosos ni-ni. Dentro de ellos hay un 10% que dicen que buscan trabajo y el otro 15% no lo están buscando”, detalló. Las conclusiones son claras: “tenemos un cuarto de los chicos que estudia. La mitad trabaja, aunque sea mal. Y el otro cuarto son los ni-ni”.
Justamente sobre estos últimos, Colina explicó: “los ni-ni son un fenómeno creciente. Empieza con el retraso primero y luego con la deserción en la escuela secundaria. Los chicos de entre 15 y 19 años que tuvieron problemas escolares, tienen un panorama más complejo porque para trabajar se necesita el secundario completo. Caen en la trampa de la inactividad: no tienen incentivo para estudiar ni para trabajar porque no consiguen buenos trabajos”.
También indicó que las mujeres son as que más sufren esta cuestión de no hacer ni una cosa ni otra: “entre los ni-ni, las mujeres son la mayor proporción, porque los padres las inducen a ayudar en las tareas domésticas, mientras que la proporción menor son los varones. Ahí es cuando la gente piensa que los varones pueden caer en riesgo social por las adicciones y la delincuencia, en cambio las chicas caen en el trabajo doméstico o la maternidad infantil”.
Pensando en cómo actuar para que la situación mejore, Jorge Colina recomendó que se trabaje sobre “dos alas. Una es la cuestión educativa, es decir que la escuela debería preocuparse por retener a los chicos y que terminen a tiempo la secundaria. La otra es mejorar la legislación laboral. Hoy, una empresa, para contratar a un joven tiene que pagar los mismos impuestos y regulaciones que cuando se contrata a una persona experimentada. Hay que pensar regulaciones especiales para trabajadores menores de 30 años, para que sea más barato y sirva de aliciente para la contratación de las empresas”.
Por último, señaló que “la legislación está pensada para una gran compañía y para un trabajador hombre entre 30 y 50 años que está en su máxima capacidad productiva, pero deja afuera a los pequeños comercios, a los jóvenes y a las mujeres”.