El fiscal Walter Martínez Soto es el responsable de la investigación por el crimen del filetero de 22 años que fue enterrado. Esta mañana en la 99.9, habló sobre el caso y también se refirió al incremento de los crímenes violentos cometidos por menores de edad.
El caso del joven filetero de 22 años asesinado y enterrado en Mar del Plata cuando aún estaba inconsciente, volvió a poner en escena la discusión por los menores que cometen delitos aberrantes e inmediatamente recuperan la libertad.
El fiscal Walter Martínez Soto, quien interviene en la causa, habló esta mañana en la 99.9 y brindó precisiones sobre este caso en particular. Comentó que detuvieron a un chico de 14 años y a otro de 15, ambos de contextura física pequeña, lo que hace presumir que actuaron más personas en el crimen. “Entendemos que hubo una participación de entre cuatro y seis personas más, entre las cuales se encontraban estos jóvenes. Del informe de la policía surge que el chico de 15 años tiene serios golpes en sus manos por una golpiza a la víctima. Más allá de que los golpes, no pudieron provocar la muerte, sí lo dejaron inconsciente”, informó.
Aunque todas las pruebas son contundentes en contra de los jóvenes, no hay manera de que tengan una condena. “Estas personas fueron vistas cómo trasladaban a la víctima por los hombros. Hay testigos del barrio que los vieron haciendo eso. Tienen una contextura muy pequeña. El grado de agresividad que ha presentado el menor de ellos en la misma fiscalía es impresionante. Hay una situación de vulnerabilidad cierta por falta de contención familiar y desinterés por parte del Estado”, agregó el Fiscal.
En cuanto a la víctima, destacó que “era una persona que trabajaba con sus padres en la planta de fileteado. Había cobrado un dinero en el día previo, según los dichos de la madre. Estaba a 8 cuadras de su casa. La gente termina reaccionando mal porque en ese lugar conviven personas excelentes que trabajan y estudian con estos chicos que decidían todos los días si te robaban o te dejaban pasar”.
Lamentablemente, los delitos y crímenes cometidos por menores se han tornado una costumbre para el trabajo judicial: “en los últimos sucesos que hemos tenido en la fiscalía, son hechos muy violentos cometidos por menores de 16 años. Hay muertes muy violentas, desprecio por la vida ajena. Es hora de que se advierten estas cosas y de que los órganos que deben intervenir tengan mayor presencia”.
En este sentido, Martínez Soto reclamó la intervención decidida y clara del Estado, esperando que en pocos años la situación pueda revertirse: “es una tarea que se hace a largo plazo y la ve otro agente de gobierno que no está hoy en funciones. Es algo complejo, se deben atender necesidades primarias. Hay barrios que se van haciendo y no hay una planificación, la cantidad de operadores que deben trabajar es por demás elevada y los que están trabajando hoy están desbordados”.
Lo que está vigente no funciona, y el agente fiscal ya sabe cuál es el destino de este asesinato: “estas políticas no alcanzan y parece que el camino es meterlos presos, pero en este caso es imposible, más allá de mis intenciones. No habrá pena porque no son punibles”.
Por último, hizo un llamado a la sociedad sobre lo que representan ciertas alarmas de jóvenes que están sin rumbo, como aquellos que hacen malabares en los semáforos con muy corta edad: “todo esto pasa porque lo tomamos como algo normal, pero no nos damos cuenta de que tenemos un problema a futuro. Esto hace que cualquier cosa fracase y que el reclamo sea violento”.