Ante el reciente caso en África que llevó a una emergencia nacional por plaga de langostas, el Coordinador Nacional del Programa de Langostas y Tucuras de SENASA, explicó que en el continente Sudamericano también hubo un importante incremento de este insecto.
La invasión de langostas en África y específicamente en Somalía, ha llevado a un alerta respecto de la presencia de este insecto en sus distintas variedades. Argentina no queda lejos de esa mirada sobre una plaga que habitualmente se cree extinta.
El Coordinador Nacional del Programa langostas y tucuras de SENASA, Héctor Medina, se refirió en la 99.9 a la actual situación en el país y el continente: “en Sudamérica no había problemas con las langostas previo a 1950. A partir de ahí aparecen registros de daños y perjuicios llegando a latitudes muy australes. Hace unos 5 o 6 años a nivel mundial, distintas especies de langosta comenzaron a tener crecimientos exponenciales de sus poblaciones y se empezaron a generar emergencias fitosanitarias por el impacto que tiene la plaga. Desde 2015 en Argentina estamos sufriendo un aumento poblacional muy importante que llegó a afectar a 10 provincias”, explicó.
Esto deriva aún hoy en una emergencia muy poco conocida: “la emergencia fitosanitaria continúa hasta hoy. Lo más reciente es en la zona de Traslasierra, Córdoba donde hay detecciones importantes de Langostas”.
De todas maneras, el especialista diferenció lo que está sucediendo en el continente africano porque tiene características distintas: “lo de África es más importante aún porque la langosta del desierto es considerada la plaga destructiva más importante del mundo y pone en riesgo la seguridad alimentaria de todos los países del cuerno de África. El potencial destructivo que tiene esta plaga es altísimo”.
La utilización de químicos, en su momento, parecían haber erradicado las langostas en la Argentina, pero siempre quedó un mínimo margen de población esperando por un momento de reflorecimiento de la especie: “luego de una campaña intensiva del uso de moléculas químicas como el DDT se creía que las langostas habían sido erradicadas, pero la realidad es que se mantuvo en niveles muy bajos durante 60 años sobre todo en los llanos de La Rioja, Catamarca y parte de Córdoba. La langosta cuando empieza a incrementar su número, se juntan en mangas que son nubes de millones de insectos. Una manga de langostas de 1 kilómetros cuadrado puede contener hasta 40 millones de insectos con una capacidad migratoria de hasta 150 kilómetros en un día”, advirtió Medina.
En cuanto al motivo de este incremento en los últimos años, se vuelve a mencionar un tema central en el cuidado del medio ambiente: “se cree que fueron condiciones climáticas las que permitieron que prospere la langosta. La hipótesis más fuerte es que algunos inviernos benignos hicieron que la plaga pudiera aumentar su número”.
Por esa razón, están trabajando articuladamente para que la emergencia no sea aún peor: “es una plaga migratoria y transfronteriza porque puede trasladarse a otro país. Por eso con Bolivia y Paraguay estamos trabajando en un plan regional de manejo de la langosta sudamericana. Es la única manera de mantenerlo controlado, si no hay buena comunicación, este trabajo no tendría sentido”, finalizó.