Son dos naves. Costaron 15 millones de dólares y debían ser usados para facilitar el suministro a las bases.
Parece chiste, una broma. Pero el ministro Arturo Puricelli utiliza para actos protocolares los dos helicópteros rusos comprados especialmente por el Estado para apoyar las campañas nacionales en la Antártida, donde resultan vitales. Y lo hubiesen sido más aún en este última temporada, en las que abundaron denuncias por incumplimientos en el abastecimiento de insumos básicos en las bases argentinas y otras presuntas irregularidades en la licitación de diciembre pasado.
Al jefe de Defensa se lo vio usando los helicópteros en varios actos; por ejemplo, en el Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea el 1 de mayo pasado. O el lunes último, en el Día de la Armada, en la Escuela Naval, donde precisamente se refirió a la campaña antártica en curiosos términos. Criticando a la prensa, como en otras oportunidades, aseguró que la campaña 2012-2013 había terminado con “la entrega total de las cargas generales y víveres”. Al mismo tiempo, paradójicamente, reconoció que faltaba “completar el aprovisionamiento de una parte del combustible para Marambio”.
Los dos MI-17 fueron comprados a Rusia por US$ 15 millones durante la gestión de Nilda Garré. Lo llamativo es que, conociendo los escándalos que surgieron durante la última campaña antártica, Puricelli usara en público los helicópteros, tan visibles con la pintura naranja que caracteriza a la ropa y los elementos que se usan en la Antártida.
Clarín pidió una respuesta a Defensa, pero no obtuvo réplica. Y si bien no hay letra escrita que le impida al Ministro utilizar las aeronaves, su actuación tiene una importancia no menor. Por un lado, está haciendo uso arbitrario de un instrumento del Estado que tiene otros fines. Por otra parte, la presencia de los MI-17 rusos en su verdadero destino podría haber ahorrado algunas penurias en las bases argentinas. Por ejemplo, en Orcadas, San Martín y Marambio, con importantes necesidades en puerta.
Desde el Ministerio de Defensa dicen que Marambio tiene combustible hasta setiembre y que le faltan 2.000 tambores. Marambio está a 200 metros sobre el nivel del mar, lo que la hace más sensible al viento y a la niebla. Tradebaires ya retiró al Timca de la zona antártica y cobrará por estar más días en la campaña. En ese tiempo, podría haberse acercado hasta la bahía y dejado allí los tambores. Y así, si los MI-17 hubieran estado en su destino y no al servicio del Ministro, podrían haber operado en un “lleva y trae”. Marambio sufre serios problemas. No es casual que Defensa haya tenido que extender la convocatoria para completar la dotación de entre 40 y 45 personas, pues solo se presentaron 14 aspirantes.
Según Clarín, Marambio tiene baños clausurados, algunas oficinas se ocupan cada media hora debido al frío y se debe ingresar a ellas con abrigo de extremo frío. El museo fue desarmado.
El mismo medio no pudo confirmar con Defensa la denuncia de que hasta hubo un incendio que inutilizó una caldera, o las versiones que indican que funcionan cinco de los diez matafuegos. Pero sí accedió a una foto en la que se ven espacios calentados por gas y con una pantalla, a veces con un calentador de hangar para avión. Como en Orcadas, hay denuncias de que la comida llega vencida, lo que tampoco pudo confirmar este diario. Pero en la última visita de Puricelli a la base, tuvieron que llevar tres corderos desde la base Esperanza porque no había en Marambio alimento para los invitados. En los pagos del personal, un descuento para ropa de abrigo y deuda de viáticos desde hace 4 meses, aumentaron el malestar.