Indignación en Rusia por la detención de un periodista acusado de espiar para la OTAN

Iván Safrónov trabaja actualmente como asesor de Roscosmos.

Agentes del FSB detuvieron este martes en Moscú a Iván Safrónov, un conocido periodista, experto en temas militares, que actualmente trabaja como asesor para la agencia espacial rusa Roscosmos. Se le acusa de “traición” porque, según el Servicio Federal de Seguridad (heredero de la KGB soviética), transmitió información sobre la industria de Defensa rusa a países de la OTAN.

Como ocurriera el año pasado con el caso del periodista de investigación Iván Golunov, la profesión periodística de Moscú y ciudadanos a título personal han mostrado su enfado. Varios grupos se han concentrado frente a la sede central del FSB, en la plaza Lubianka de Moscú. Al menos 14 manifestantes, algunos con pancartas que decían “Apartaos de Safrónov”, han sido detenidos.

Iván Safrónov, que antes trabajó para conocidos periódicos liberales de la capital rusa, como Kommersant y Védomosti, comenzó a trabajar el pasado mes de mayo como consultor especial para el director general de Roscosmos, Dimitri Rogozin. La agencia espacial se apresuró a decir en un comunicado que las acusaciones que hacen contra él no están relacionadas con los cometidos de su puesto.

La web Life News publicó un vídeo de la detención, en el que se ve cómo los agentes del FSB vestidos de civil le meten en una furgoneta gris.

El artículo del código penal en el que se basa la acusación se refiere a “la emisión de información que constituye un secreto de Estado” a un estado extranjero, organización internacional o extranjera o sus representantes, que fue “confiada a una persona o conocida por su servicio, su trabajo, su estudio”. También sería traición la prestación de asistencia a estados y organizaciones extranjeras en actividades “dirigidas contra la seguridad de Rusia”.

Sin embargo, los casos relacionados con la seguridad del estado y los secretos de estado son examinados por los tribunales a puerta cerrada. Los materiales de investigación también se clasifican, lo que significa que las fuerzas de seguridad no expresarán los detalles de lo que acusan exactamente a Safrónov.

La agencia Ría Nóvosti cita a una fuente del FSB que dice que el experiodista trabajó para un servicio de inteligencia extranjero de un país de la OTAN, sin decir cuál, y le habría entregado información militar clasificada.

A la detención ha reaccionado el diario Kommersant, donde trabajó hasta el año pasado. En un comunicado publicdo en su página web, asegura no sólo que Safrónov es “uno de los mejores periodistas del país”, sino también que “Iván es un verdadero patriota de Rusia, que escribió sobre el ejército y el espacio porque se preocupaba sinceramente de ellos”. Por esos motivos, asegura, “la sospecha de traición a la patria en su caso parece absurda”.

Kommersant también recuerda el caso de Iván Golunov, un periodista de investigación al que el año pasado unos policías plantaron drogas e intentarlo quitarlo de en medio por sus artículos. La movilización de activistas y periodistas liberales logró que el caso se parase.

”La práctica de los últimos años muestra que cualquier ciudadano de Rusia cuyo trabajo esté relacionado con la actividad pública, ya sea un activista de derechos humanos, científico, periodista o empleado de una corporación estatal, puede enfrentarse a una acusación grave”, reflexiona el medio. “Es especialmente difícil para las personas acusadas de alta traición lograr una investigación justa y un juicio público”.

La redacción del periódico digital Meduza, para el que trabaja Golunov, publicó ayer un comunicado titulado “No creemos en la culpabilidad de Iván Safrónov”.

Amnistía Internacional también mostró su apoyo con el periodista y criticó que se mantenga en secreto las acusaciones. “No sabemos aún los detalles de lo que se le acusa. Sin embargo, sabemos perfectamente que en la Rusia actual los periodistas son procesados por motivos completamente exagerados”, expresó Oleg Kozlovski, investigador sobre Rusia de la organización.

En otro controvertido caso, el pasado lunes un tribunal de la ciudad de Pskov impuso una multa de 500.000 rublos a la periodista Svetlana Prokópieva, a la que se acusó de “justificar el terrorismo” por una columna de opinión sobre un atentado con bomba contra una sede del FSB en 2018.

Iván Safrónov fue despedido el año pasado del diario Kommersant tras escribir un artículo sobre la posible dimisión de Valentina Matveienko, presidenta del Consejo de la Federación (Cámara Alta del parlamento ruso).

Su despido provocó una crisis interna después de que todos los periodistas de la sección de Política dimitieran en bloque como protesta contra la censura.

Poco después, en junio de 2019 varias noticias apuntaban que Kommersant podría tener que hacer frente a varias demandas por hacer públicos secretos de Estado.

No se especificó a qué secretos se referían, pero uno de los artículos de Safrónov sobre los planes para vender cazas Su-35 a Egipto se borró de la página web del periódico.

El director general de Kommersant, Vladímir Zhelonkin, aseguró este martes que no puede haber relación entre ese artículo, publicado el 18 de marzo de 2019, y la detención de Iván Safrónov por el FSB. Y asegura que en él no hay ningún dato que pueda clasificarse como secreto de Estado.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró: “Por lo que sabemos, esto no tiene nada que ver con su anterior actividad como periodista”.