El analista internacional dio su opinión en la 99.9 sobre las consecuencias de la reunión de mandatarios que se dio en nuestro país: “el país fue la sede de la mayor parte de los acontecimientos mundiales de envergadura en esta parte del Siglo XXI”, puntualizó.
Si bien el G-20 ya pasó por el país pero ha dejado distintas posibilidades abiertas para el gobierno nacional en el intercambio comercial. El analista Jorge Castro dio su punto de vista a través de la 99.9 y remarcó en principio que “en la reunión del G-20 tuvo lugar un acontecimiento internacional, el acuerdo entre Estados Unidos y China poniendo término al conflicto que tuvieron el último año. Establecieron un mecanismo de cooperación permanente que por su importancia constituye la nueva estructura del poder mundial. Afecta a todos los países del mundo”.
Tanto para Argentina como para otras potencias y países emergentes, hubo intercambios muy beneficiosos: “en estas reuniones, se firmaron acuerdos de importancia económica inmediata en términos de las relaciones bilaterales con las dos superpotencias”.
La dimensión de esta reunión de presidentes, es realmente importante: “para Argentina como Nación fue un triunfo porque se reunieron los principales líderes del mundo, 7 países avanzados y 13 emergentes. El país fue la sede de la mayor parte de los acontecimientos mundiales de envergadura en esta parte del Siglo XXI”, opinó Castro.
Para Argentina, puntualmente, la relación comercial que se generó con China es muy importante: “hubo más de 30 convenios de caracter bilateral con 5 años de proyección por un total de más de 5.000 millones de dólares sobre todo para infraestructura ferroviaria y el desarrollo de la industria nuclear y también de defensa”.
Durante el G-20 debió retirarse rápidamente el presidente francés Emmanuel Macron para afrontar los problemas que tenía en su país con los “chalecos amarillos”. Sobre este tema en particular, el analista destacó que “Francia tiene un estado hiper centralizado en París y tiene sostenes de barro en el resto de Francia. El sistema político tiene una debilidad estructural en las instituciones mediadoras que son los sindicatos y los partidos políticos. Esto convierte la movilización de los “chalecos amarillos” en una situación de tipo insurreccional con características revolucionarias”.