El capitán y armador de buques indicó que desde su experiencia lo sucedido con el “Rigel” ha sido una fatalidad: “as tragedias van a pasar con o sin traje de seguridad porque se dan de noche generalmente y con condiciones de clima muy desfavorables”, puntualizó sobre la medida que se tomaría.
La desaparición del Buque “Rigel” sigue siendo una preocupación nacional y sobre todo en Mar del Plata donde este tipo de situaciones repercuten aún más. El capitán y armador Juan Taranto de muchísima experiencia navegando analizó la situación a través de la 99.9.
“Lo del Rigel ha sido una fatalidad”, opinó. “Siempre que pasa algo buscamos culpables. Entendemos el dolor de la gente porque todos estos muchachos son conocidos nuestros. Algunos de ellos fueron marineros míos. “Toti” Taliercio tenía una capacidad bárbara de trabajo, es gente de mar, yo navegué incluso con su abuelo y hemos trabajado junto con él. Capacidad no le faltaba, ha sido una fatalidad”, remarcó.
También se mostró dolido por las incongruencias que se indican públicamente y que para los que navegan, resultan incomprensibles. “Es difícil tratar de explicar lo inexpicable a veces porque nosotros luchamos contra la naturaleza y por eso nos duele lo que se dice. Se toman decisiones prematuras y muy de momento. Duele escuchar que los barcos están viejos y demás, nosotros vemos cuantas presiones hay para salir. He tenido un barco parado 5 meses por inspecciones y está impecable. Los armadores que quedamos en su mayoría somos capitanes también y no salimos a navegar si el barco no está bien”, aseguró Taranto.
Más allá de las medidas de seguridad que se puedan sumar, advirtió que este tipo de casos se pueden seguir dando: “en el mar pueden ocurrir cosas, es inmenso y se presentan situaciones muy feas. No todos podemos tener todos la misma suerte de poder superarlas. Tengo a mis hijos trabajando en los barcos y no lo mandaría a morir. Hace 50 años que ando en el agua y para mí es natural lo que propone el mar, como el que limpia vidrios en un edificio de 40 pisos. Siempre lo hicimos en condiciones que no eran las mejores”, contó desde su experiencia.
En las próximas horas podría llegar a la ciudad la ministro Patricia Bullrich con el objetivo de anunciar la obligatoriedad de trajes especiales de seguridad a bordo, pero Taranto señaló que “si cada traje que pretenden poner cuestan 12.000 dólares cada uno, por barco tendrían que haber 150.000 dólares y hay que ver el lugar que ocupan esos trajes. Las tragedias van a pasar con o sin traje porque se dan de noche generalmente y con condiciones de clima muy desfavorables. No quiere decir que en algunos casos pueda salvar vidas”.