El abogado habló sobre el caso de Rosario Sosa por abuso sexual grave y la decisión de la víctima de hacer pública su causa luego de varios años. Además, contó las trabas que pone el sistema judicial para que avance la investigación y llegue a juicio. “Es una doble víctima, de un abuso sexual agravado y de la lentitud del sistema judicial”, dijo.
Julio Razona dialogó con la F.M. 99.9 sobre el caso de Rosario Sosa, la joven que fue abusada por su padrino durante años y que actualmente pelea con el sistema judicial para llevar su causa a juicio oral. “Rosario Sosa ha sido victimizada por un depravado que es Héctor Orlando Girard y por un sistema judicial totalmente inoperante e ineficiente. Es una doble víctima, de un abuso sexual agravado y de la lentitud del sistema judicial. Fue abusada de los 12 a los 17 años por este hombre que era un allegado a la familia, le llevaba 41 años de diferencia mientras la abusaba. Gracias a un tratamiento psiquiátrico ella pudo expresar lo que le había ocurrido”, dijo.
Detalló cómo se manejaron al momento de presentar la denuncia y cómo los datos aportados no fueron tenidos en cuenta. Afirmó: “Hicimos la denuncia, llevamos hasta una virtual confesión del autor porque la mamá de Rosario lo llamo, grabó la llamada e hicimos un acto notarial de la llamada donde este hombre confiesa su responsabilidad. Acompañamos la causa con este indicio y nunca fue tenido en cuenta por el fiscal Fernando Castro. Estamos ante un denunciado con mucho dinero”
“Muchos testigos declararon que Girard incitaba a Rosario y a sus amigas a embriagarse, que era un típico depravado adulto aprovechándose de nenas. A pesar de ello, Castro con todas estas pruebas cambió la calificación legal a exhibiciones obscenas, que es un delito muy leve con penas bajas. Luego decidió archivar la causa por el tiempo que había pasado, nosotros apelamos eso y pedimos ir a juicio oral, ganamos. Ellos apelaron y ahora estamos esperando la decisión de Casación, hasta el momento el acusado no pasó ni cinco minutos en prisión”, agregó.
En relación al cambio de carátula expresó: “Fue un abuso sexual gravemente ultrajante reiterado y calificado por tres motivos, merece 20 años de prisión. Los motivos son: la secuelas psíquicas de la víctima que le provocaron tratamientos durante mucho tiempo, el hecho de que era su padrino y el encargado de su educación, y el hecho de haber sido abusada desde las 12 años porque en el caso de los abusos a menores de 13 años siempre es un abuso sexual calificado por la falta de consentimientos y ausencia de mecanismos de defensa”.