Los aviones Orion P3 forman parte de un acuerdo con la Agencia Noruega de Material de Defensa que se encuentra en su etapa final. Cuándo podrían llegar al país.
La Armada Argentina proyecta concretar la incorporación de cuatro aeronaves con el objetivo de incrementar el control del mar argentino, confirmaron a Infobae desde el ministerio de Defensa de la Nación. Si bien la cartera maneja el tema en reserva, el acuerdo está en su etapa final de concreción: cuánto costarán , cuáles son los detalles técnicos de los aviones y cuándo se estima que estén operativos.
Al respecto y ante la consulta de este medio, calificadas fuentes navales del país explicaron: “Dentro de los planes de incremento del poder naval y aeronaval empeñado en la vigilancia y control de los espacios marítimos y la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) que se llevan adelante tanto por parte del Comando Conjunto Marítimo como por la Prefectura Naval Argentina, hay dos asignaturas pendientes”. Y en este sentido, detallaron: “La primera es comenzar cuanto antes el reemplazo de los buques guardacostas clase ‘Mantilla’, pertenecientes a la Prefectura Naval Argentina —PNA— y la puesta en valor del poder aeronaval de la Armada incorporando precisamente aeronaves de reconocimiento de largo alcance como lo son los P3″.
Las falencias en el marco aeronaval nacional, entonces, se encaminan a un principio de solución a partir del avance de las negociaciones con la Agencia Noruega de Material de Defensa (NDMA), la que a su vez cuenta con el visto bueno de las autoridades de la Armada Argentina y de los técnicos de la cartera que conduce Jorge Taiana.
El plan de adquisición corresponde a cuatro unidades Lockheed Martín P-3 Orion calificadas por su autonomía como de largo alcance. Tres de las aeronaves serán del tipo P-3C y la restante será tipo 3P-N. En este sentido, vale aclarar, la unidad modelo N se diferencia de las restantes por tener provisto una compuerta de carga.
En la actualidad, dos de las unidades se encuentran en mantenimiento en Estados Unidos, donde también se le realizará una inspección. Las otras dos aeronaves aún se encuentran en servicio para la marina noruega: serán dadas de baja de esa fuerza naval antes del mes de julio próximo.
Dentro del plan de adquisición se contempla que al menos las dos unidades que ya están desprogramadas y en tareas de mantenimiento sean las que primero arriben al país antes de fin de año. Y que las restantes lo hagan en 2024.
En este contexto, ya ha tomado estado parlamentario la autorización que debe dar el Congreso estadounidense para la transferencia de material bélico a la Argentina, ya que si bien las aeronaves serán destinadas a vigilancia y observación sus capacidades bélicas hacen que sean consideradas como aeronaves de combate.
Principales características de las aeronaves
Los P3 se caracterizan por su largo alcance operativo estimado en 1.500 millas náuticas (2.700 kilómetros) y con 12 horas de autonomía, lo que en la práctica equivale a la capacidad para cubrir en un solo vuelo casi todo el litoral marítimo, plataforma continental y Antártida Argentina.
Su capacidad para el despliegue en todo tipo de clima permite la operación desde cualquier base y aeropuerto del litoral marítimo, lo que facilita su presencia en un área determinada en un período de tiempo relativamente corto, fundamental para una búsqueda SAR (Búsqueda y Rescate)
Los P-3 que se incorporarán a la Escuadrilla Aeronaval de Exploración están dotados de aviónica de última generación con distintos sensores y radares de búsqueda, sistemas de comunicaciones que harán posible la recolección de datos y su transmisión al Comando Conjunto Marítimo en tiempo real.
Las aeronaves, mediante el empleo de su compuerta ventral, adquieren la capacidad de efectuar ataques contra blancos de superficie o submarinos. Precisamente esta particular aptitud hace que sea necesario un aval parlamentario estadounidense para cerrar la venta, la que ya ha sido autorizada por el Poder Ejecutivo de Estados Unidos.
Las cuatro aeronaves en cuestión han sido sometidas a un programa de extensión de vida de servicio, consistente en el reemplazo completo de las alas, lo que les permite disponer, en promedio, un remanente individual de 17.000 horas de vuelo.
El costo por la adquisición de todo el Sistema P-3 Noruego se estima en U$S 67.000.000, cuyo financiamiento está previsto con la Agencia del Gobierno Noruego NDMA para ser saldado, en un período de tres (3) años (30%, 40% y 30% respectivamente cada año).
Dentro de la aprobación del gobierno de Estados Unidos se incluye el equipamiento instalado en las aeronaves que podrá ser transferido con las mismas, obligando a la remoción de aquel no autorizado antes de su transferencia a la Armada Argentina, como también ciertas tareas de mantenimiento previo a que puedan ser trasladadas al país.
Cabe destacar que la propuesta de Noruega posee un costo sensiblemente menor a otras recibidas a lo largo de 2022, tanto de parte de potencias de occidente como de oriente.
Reparación demorada
Desde FAdeA (Fabrica Argentina de Aviones) y ante las consultas de diversos medios periodísticos se indicó que el P-3B Orion 6-P-56 perteneciente a la Armada Argentina que desde hace varios años se encuentra fuera de servicio en uno de los hangares de la planta fabril de Córdoba dejaron trascender que no hay mayores avances dado que diversas complicaciones administrativas mantienen frenada la llegada de repuestos que deberá proveer el fabricante (Lockheed Martin)
Controversia por los Super Étendard
En las últimas horas y a partir de versiones periodísticas que indicaban que el Ministro Jorge Taiana habría anunciado la definitiva baja de las cinco aeronaves Super Étendard Modernisé adquiridos en 2019 durante la gestión del exministro Oscar Aguad, la Armada Argentina emitió un comunicado en el que se desmintió tal información.
Según lo precisado por la fuerza, “tras su arribo al país las aeronaves fueron sometidas a un plan de inspecciones y mantenimiento por parte del personal del Arsenal Aeronaval Comandante Espora y de la Escuadrilla a la que pertenecen. Las actividades desde entonces se desarrollan con normalidad, llevándose a cabo la capacitación del personal de mantenimiento y de los pilotos en los procedimientos previos y posteriores al vuelo, utilizando el simulador de vuelo adquirido e instalado en la Base Aeronaval Comandante Espora, quedando a la espera de los componentes que permitan el inicio de las actividades de vuelo”.
Tal como se informó en este medio, desde que los SUE arribaron al país el gobierno británico intensificó su poder de veto internacional para impedir la venta de repuestos fabricados en el Reino Unido.
El punto crítico de este bloqueo está dado por la necesidad de efectuar el recambio de los cartuchos de disparo del sistema de eyección de los pilotos que tripulan estas aeronaves lo que las torna inoperables en resguardo de la seguridad del personal.
Si bien muchos especulan con la idea de que detrás de la intransigencia británica se esconde el temor de que estas naves puedan resultar una amenaza para la seguridad de las fuerzas militares que las ocupan ilegalmente las islas Malvinas, el destino que las mismas tendrán para la Armada dista mucho de la acción ofensiva.
Desde el entorno del exministro Oscar Aguad y ante el requerimiento de este medio indicaron: “Nunca estuvo en mente adquirir estas aeronaves para que entren en combate. Por el contrario, fueron previstas para que los pilotos de caza de la Armada no pierdan su aptitud de vuelo. Se pensó en conservar el recurso humano capacitado y entrenado”.
Y, por último, agregan: “La compra fue realmente ventajosa ya que por 12 millones de dólares se adquirieron las aeronaves, distintos repuestos más un simulador de vuelo para entrenamiento del personal, es una gran tranquilidad que se haya aclarado que los planes para ponerlos en el aire siguen vigentes”.