El 24 y el 31 son dos días de celebración, pero también está comprobado que aumentan los choques, infartos e incendios, sobre todo en zonas rurales.
La estadística no miente. En estos días venideros, sobre todo las noches del 24 y 31, aumentan la cantidad de infartos, ACV, accidentes viales y quemaduras y siniestros por pirotecnia. Las fiestas parecen ser un pase libre para los excesos, ya sea de estrés, de comida, de bebida; en fin todo lo que el cuerpo no siempre soporta.
Todos los año,s el ranking “negro” queda conformado de la misma manera: los choques en las noches del 24 y del 31, los quemados por pirotecnia, los incendios en zonas rurales y los infartados.
El estrés es un factor a tener en cuenta, porque su pico más alto se da en esta época del año y es uno de los principales peligros durante las fiestas. El doctor Alberto Alves de Lima, director de Docencia e Investigación del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, aseguró que en este momento del año aumentan los casos de infarto y de accidente cerebrovascular, sobre todo por inestabilidad emocional. “Para muchas personas, este es un momento de reflexión. Recuerdan a los que no están, a los que querrían que estuvieran, o no quieren estar con los que están”, explicó. También destacó que mucha gente sufre de soledad, hecho que potencia, algunas veces, el desequilibrio.
Aunque no existan cifras oficiales al respecto, los cardiólogos se guían por un estudio clásico de 2004 y que se publicó en la revista Circulation. Ahí se indica que la cantidad de infartos en las últimas dos semanas del año crece un 5% con respecto a una época normal.
Tampoco ayudan mucho los excesos de alcohol y comida junto con el calor. “Comemos alimentos que no son apropiados para esta estación, cenas de 3.000 calorías y altas en grasas. Esto repercute en quienes tienen más predisposición a sufrir un evento cardiovascular”, sostuvo Alves de Lima.
Las intoxicaciones por comidas son una de las primeras causas de consulta en el Servicio de Emergencias del Hospital Universitario Austral. “Vienen con dolores abdominales por ingesta excesiva”, cuenta el doctor Gastón Oliva, coordinador de Emergencias. Algunos, incluso, deciden callarse ante los síntomas de malestar, para no interrumpir el festejo. “Postergan la consulta o deciden ir más tarde; esto también es un riesgo”, señala Alves de Lima.
Un estudio que se realizó el 2008 en los Estados Unidos demostró que los cuatro días después de la Navidad, las consultas por insuficiencia cardíaca aumentan 33%: “muchas veces consultan el 26 de diciembre por cosas que les pasaron el 24 o el 25”, asegura el médico del ICBA. Tanto estrés hay en las fiestas que “ansiedad” es el diagnóstico más frecuente entre las personas que llaman a la empresa de emergencias Vittal en Navidad y Año Nuevo. Los motivos que siguen en este ranking son náuseas y vómitos, dolor abdominal inespecífico, y cólico biliar o intestinal.
En el podio de las lesiones y riesgos de las fiestas, están las lesiones por pirotecnia. En Buenos Aires el año pasado, el 70% de las consultas en centros de salud fueron por quemaduras y lesiones oculares por corchazos.
Otra consecuencia de los fuegos artificiales son los incendios, especialmente en zonas rurales. Desde el Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios confirman que durante las fiestas crecen los casos: “en las noches del 24 y del 31 tenemos mucho trabajo. Si lo comparamos con meses anteriores o con días normales, los incidentes se duplican”, señala Vanina Lozano, ayudante mayor de los bomberos voluntarios de Ingeniero Maschwitz. “Tenemos accidentes por pirotecnia, niños y gente quemada, incendios en pastizales, viviendas, quinchos, techos, árboles, ligustrinas y otros”, enumeró.
Los choques también forman parte de la agenda clásica de las fiestas. El doctor Alberto Silveira, presidente de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, asegura que hay un “incremento notable” de los incidentes de tránsito. Principalmente el motivo es el alcohol, pero también se puede hablar de sueño o que haya más automóviles circulando por la ciudad. El pico de choques se produce entre la 1:30 y las 6 de la mañana: “después del brindis todos empiezan a volver, y para las 3 ó 4 de la mañana se conjugan el cansancio, todo lo que comieron y todo lo que bebieron”.
Los riesgos en las fiestas, están presentes y es necesario tenerlos en cuenta para tratar de bajar la estadística.