La corrupción según Francisco

En ‘Corrupción y pecado’ el propio Pontífice analiza el perfil del corrupto. La obra fue lanzada junto con el diario EL MUNDO de España, y analiza un tema clave en la reforma de la Iglesia. ‘El pecado se perdona; la corrupción, no puede ser perdonada’, dice Bergoglio

“La corrupción no es un acto, sino un estado personal y social en el que uno se acostumbra a vivir”. Estas palabras tan vigentes en la sociedad actual las escribió el propio Papa Francisco cuando todavía era cardenal de Buenos Aires.
El libro del Pontífice estará a la venta a partir de mañana –domingo 23 de junio– con cada ejemplar del diario EL MUNDO. Se trata de una obra que hasta ahora permanecía inédita en España y en la que a lo largo de 72 páginas el lector podrá conocer la opinión del Papa sobre uno de los males que acechan a la Iglesia.
Como en una premonición, Francisco se adelantó a su destino al escribir en 2005 ‘Corrupción y pecado’, una obra en la que profundiza precisamente en el gran reto de su Pontificado: la limpieza de la Curia, donde él mismo ha reconocido la existencia de un ‘lobby gay’.
Respecto a los religiosos, Bergoglio asevera: ‘Corruptio optimi, pessima’ (no hay nada peor que la corrupción de lo mejor). “Esto puede aplicarse a la corrupción de las personas consagradas. Que los hay, los hay. Que los hubo, basta con leer la Historia”, recalca Bergoglio en el libro.
En esta obra, Bergoglio desentraña los falsos ‘tesoros’ -–dinero, poder, lujuria-– que corrompen el corazón humano y que lentamente se apoderan de las personas e instituciones provocando la destrucción de los valores que conducen a Dios.
La edición especial realizada por EL MUNDO cuenta con una presentación elaborada por el padre Ángel García, presidente de Mensajeros de la Paz y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que al igual que Francisco es conocido por su humildad y sencillez.
En este análisis de la corrupción el Papa emplea un lenguaje llano y didáctico para explicar la diferencia entre pecado y corrupción. “El pecado se perdona; la corrupción, sin embargo, no puede ser perdonada”, advierte.