La decisión de hundir el crucero General Belgrano

Los archivos oficiales desclasificados en Londres indican que la decisión de hundir al Belgrano se tomó durante un almuerzo del denominado “gabinete de guerra”, que presidía Margaret Thatcher.

El hundimiento del crucero General Belgrano ha generado mucha confusión entre los funcionarios británicos respecto de cómo y cuándo se tomó la decisión política de atacarlo. Así lo revelan los archivos que acaban de ser desclasificados en Londres.
Ese triste paso dentro de la Guerra de Malvinas fue decidido por el “gabinete de guerra” que presidía Margaret Thatcher, y definió que se debía atacar a “cualquier buque, submarino y nave auxiliar de la Armada Argentina” que se juzgara en peligro de la Task Force (Fuerza de Operaciones), “no importa dónde se hallara”.
Esta ampliación en las denominadas “Reglas de Enfrentamiento” no fue motivada por el propio crucero Belgrano, sino por el portaaviones 25 de Mayo, que había sido identificado como un eslabón crucial de la ofensiva argentina. La decisión de aplicar las nuevas reglas con el Belgrano parece haber sido tomada por Thatcher y un pequeño grupo de funcionarios y políticos (cuyo número exacto e identidad aún se desconoce) que se reunieron el 2 de mayo a la hora del almuerzo en Chequers, la residencia de fin de semana de la primera ministra.
Toda la información surge de un expediente del Foreign Office titulado “El hundimiento del crucero argentino General Belgrano”, que comienza con un telegrama del titular de la cartera diplomática, Francis Pym, al jefe de la delegación británica ante la ONU en Nueva York. La misiva transmite la noticia del ataque, perpetrado por el submarino HMS Conqueror el día 2 de mayo de 1982. Pym defendió la acción argumentando que estaba “de acuerdo con las Reglas de Enfrentamiento acordadas el 2 de mayo”, el mismo día del ataque.
También se incluye en el dossier una discusión que tuvo lugar durante una cena del Eurogrupo ministerial de la OTAN en Bruselas, el 5 de mayo. En ese momento, Kevin Tebbit, secretario británico del Eurogrupo, comentó que la decisión política del hundimiento había sido tomada “por un grupo del Gabinete de ministros, presidido por la primera ministra” y que se debía “atacar al General Belgrano, que se estaba acercando a la Task Force”. Pero John Weston, jefe del Departamento de Defensa del Foreign Office, cuestionó esa versión: “no he logrado encontrar ningún registro en las minutas del Gabinete de guerra para tal decisión”, advirtió en una nota a sus superiores. “El hundimiento del Belgrano siguió a una decisión tomada por los ministros durante el fin de semana, en cuanto a que las Reglas de Enfrentamiento debían ser flexibilizadas de tal manera de permitirles a nuestros submarinos de propulsión nuclear atacar buques de guerra argentinos, estuvieran o no dentro de la zona total de exclusión, pero sin hacer referencia al crucero argentino”, reveló el funcionario.
El Belgrano no había entrado en la zona total de exclusión y estaba moviéndose en dirección sudoeste al momento del ataque“, aseguró el alto funcionario del Foreign Office, según los documentos ahora desclasificados.
La versión oficial británica redactada por el historiador Sir Lawrence Freedman (The Official History of the Falklands Campaign), indica que la luz verde para hundir el Belgrano no fue dada durante una reunión regular del Gabinete de Guerra, sino por “algunos miembros de ese grupo más otros políticos y funcionarios presentes durante un almuerzo presidido por Thatcher en Chequers”.
Las minutas de la reunión regular del Gabinete de Guerra del 2 de mayo no hacen alusión al Belgrano. Pero en ellas Thatcher figura haciendo mención al cambio de las reglas “tal como se había decidido en el caso del portaaviones 25 de Mayo“.
El mismo tema fue tratado en una nota de Downing Street al ministro de Defensa, refiriéndose a la formación de un “comité ad hoc en Chequers a las 12.45, del 2 de mayo” que “acordó que las Fuerzas Británicas deberían de inmediato ser autorizadas a atacar la nave argentina“, sobre la misma base que “en el caso del portaaviones argentino“.
Otros documentos que podrían confirmar ese orden cronológico en la toma de decisiones, como el libro de a bordo del HMS Conqueror, no han sido desclasificados aún.