“La inteligencia artificial será como la electricidad. Todo dependerá de ella”

Entre el 30% y el 40% de los trabajos sufrirán el impacto del cambio tecnológico si no se reacciona.

Samuel Butler, novelista inglés del siglo XIX, denunció la esclavitud a la que las máquinas someten a los hombres. Además, temía que el progreso tecnológico terminase en tiranía sobre el ser humano. Casi dos siglos después, la principal preocupación del ingeniero Martin Ford (Inglaterra, 56 años) es también que las máquinas, como la inteligencia artificial (IA), superen al hombre y roben su puesto de trabajo. El experto en robótica ha participado en Madrid en un acto de la Fundación Cre100do. El autor avisa de que hace falta prepararse frente a lo que supondrá el auge de las nuevas tecnologías en los próximos 10 años.

Ford lleva desde sus cinco años en Estados Unidos y es el autor de tres obras: Las luces en el túnel: automoción, acelerando la tecnología y la economía del futuro(2009), El auge de los robots: tecnología y la amenaza de un futuro sin empleo (2015) y Arquitectos de inteligencia: la verdad sobre la IA por la gente que la construye (2018). El escritor, que vive en San Francisco, cuestiona la tecnología, sus avances y su impacto en todo tipo de sectores. Antes de terminar la entrevista murmura que demasiada gente vive en la calle y que es muy triste. En armonía con esta confesión, reitera a lo largo de la discusión que muchas más personas se quedarán atrás cuando la IA se implante de verdad.

Pregunta. ¿Cómo se tiene que adaptar el ser humano a este cambio tecnológico?

Respuesta. Definitivamente, esta tecnología traerá muchos beneficios para todos e incluso creo que, en un futuro no muy lejano, salvará muchas vidas. Pero muchos trabajos van a desaparecer por completo. Otros van a cambiar y muchos perderán sus competencias. Tenemos que encontrar una manera de adaptarnos.

P. ¿Y cuál sería?

R. La renta básica universal me parece una buena idea. No estoy seguro de que la gente esté lista, pero creo que es muy importante comenzar a hablar de ello. Quizás un día se convertirá en una necesidad y tendremos que ser radicales.

P. ¿Es esto lo que más teme de la tecnología, necesitar ser radical?

R. El impacto sobre los trabajos es uno de los puntos esenciales, sí, pero hay otros problemas como el de la privacidad que ya estamos viendo, como el reconocimiento facial, por ejemplo. China está construyendo un sistema de vigilancia que asusta. En cada país, como en Estados Unidos o Inglaterra, siempre hay una cámara mirándonos.

P. Mientras las cámaras controlan nuestra seguridad, la inteligencia artificial diagnostica nuestras enfermedades… ¿Qué piensa de ello?

R. La IA es muy potente y, en algunos casos, las máquinas pueden hacer un mejor trabajo que los médicos.

P. ¿Las máquinas son mejores que el ser humano?

R. En algunos casos, sí. Por ejemplo, en el descubrimiento de drogas o para encontrar nuevas medicaciones para las enfermedades. La IA será una herramienta muy fuerte que extenderá nuestra creatividad. Es indispensable en los desafíos principales que estamos enfrentando, como el cambio climático, y no podemos permitirnos vivir sin ella.

P. ¿Qué opina de lo que ya se hace para vencer estos desafíos?

R. Hay un claro progreso, pero creo que la tecnología es la mejor esperanza y la clave para solucionarlos ya que los Gobiernos no parecen dispuestos a cooperar y la gente, a hacer sacrificios en su modo de vida.

P. ¿Qué trabajos se verán más afectados si no se establece esta cooperación?

R. El problema será de todos. La inteligencia artificial será una utilidad, como la electricidad, estará en todas partes y todo dependerá de ella. Algunas áreas como las fábricas ya están fuertemente impactadas por el progreso y la cosa irá a mucho más. Pasará lo mismo en los ámbitos de la finanza, la contabilidad y otros empleos donde el trabajador se siente delante de un ordenador.

P. Pero sí las máquinas hacen los trabajos pesados, el trabajador podrá desarrollar otras facetas más interesantes…

R. Es una visión optimista. Será verdad algunas veces y otras no. Depende de qué tipo de trabajo estás haciendo. Si eres un investigador científico, esta herramienta te permitirá tener libertad para pensar a lo grande. Pero ¿qué pasa si trabajas en el McDonald haciendo hamburguesas? Mi principal preocupación es que mucha gente se quedará atrás.

P. Al mismo tiempo se crearán empleos…

R. Sí, por supuesto. Pero no se crearán tantos como los que se destruirán. Y a la persona que hoy conduce un taxi no le será tan fácil integrar otro sector. El 30% o 40% de los trabajos podrían verse afectados si no encontramos una solución. No podemos dejar a casi la mitad de nuestra sociedad sin esperanza.

P. Por lo tanto, ¿por qué se insiste tanto en la inteligencia artificial? ¿Se debería poner un límite?

R. La IA mejora las capacidades del cerebro humano. Cuando nuestro cerebro no basta para innovar en algunos sectores, como la aviación, por ejemplo, podemos recurrir a ella. La IA va a transformar nuestra sociedad de aquí a 10 o 20 años y no debemos poner un límite en la investigación porque es muy importante. Pero en este caso, tendremos que regular y poner nuevas normas para que no impacte en la democracia.

P. Pero entonces, si la máquina mejora el cerebro ¿qué tienen los humanos mejor que la máquina?

R. Esta es la gran pregunta. La inteligencia artificial puede pintar, puede componer música, escribir historias e incluso interactuar y ser un apoyo emocional, aunque todavía no alcanza el nivel de sensibilidad y creatividad del ser humano. Pero quizás un día lo sobrepasará y será la más talentosa creadora. Esto es solo el principio.