La Justicia británica avala la retirada de la nacionalidad a Shamina Begum, la joven que se unió a Dáesh

Los jueces concluyen por unanimidad que, aunque pueda tratarse de algo «duro», fue la propia demandante quien se buscó la situación en la que ahora se encuentra.

Un tribunal de apelaciones de Reino Unido ha avalado este viernes la retirada de la nacionalidad británica a Shamina Begum, una mujer británica de ascendencia bengalí que abandonó el país con 15 años para instalarse en lo que por aquel entonces era el «califato» de Dáesh y que continúa en un campamento del norte de Siria. La joven, hoy de 24 años, deberá permanecer recluida en ese país. La sentencia de tres jueces de apelación fue unánime, pero aún puede recurrir ante el Tribunal Supremo.

Begum elevó el caso a otro tribunal que tampoco le ha dado la razón. Los jueces han concluido que, aunque pueda tratarse de algo «duro», fue la propia demandante quien se buscó la situación en la que ahora se encuentra. Así, aunque hubiese podido verse «influenciada» o «manipulada», tomó la «decisión calculada» de irse a Siria y unirse a Estado Islámico.

«La única tarea del tribunal consistía en evaluar si la decisión de retirada [de la nacionalidad] era ilegal. Dado que no lo es, se rechaza el recurso de Begum», ha aseverado una jueza en la lectura de la sentencia, desatendiendo así los argumentos presentados por los abogados de la joven.

El Ministerio del Interior se ha mostrado «satisfecho» con el resultado del juicio, que valida a posición de las autoridades. Un portavoz ha reiterado que la «prioridad» del Gobierno «sigue siendo mantener la seguridad en Reino Unido», por lo que promete defender de forma «contundente» cualquier decisión encaminada a este fin.

La sentencia del Tribunal de Apelación representa una importante victoria para el Gobierno y evita una posible crisis jurídica. En caso de que se revocara la decisión, los ministros del Interior tendrían que sopesar en el futuro las consideraciones de seguridad nacional con la cuestión de si alguien es una víctima.

El abogado de Begum, Daniel Furner, asegura «no va a dejar de luchar hasta que se haga justicia y hasta que vuelva a casa sana y salva». Gareth Peirce, otro miembro de su equipo legal, dijo que Reino Unido tenía el deber moral de recuperar a su clienta, como lo habían hecho otras naciones con ciudadanos hallados en Siria.

Los abogados de Begum acudieron al Tribunal de Apelación tras perder una vista el año pasado. Alegaron que la decisión del Ministerio del Interior de retirarle la nacionalidad era ilegal, en parte porque los funcionarios británicos no consideraron adecuadamente si era una posible víctima de trata.

Begum abandonó Reino Unido en febrero de 2015 junto a otras dos compañeras de Londres, primero para ir a Turquía y, desde ahí, cruzar a Siria. Vivió durante más de tres años bajo la autoridad del Estado Islámico. Se casó con un yihadista neerlandés, que actualmente se encuentra recluido en un centro de detención kurdo, y vivía en Raqqa, el que fuera el bastión de los yihadistas.

Begum tuvo tres hijos, pero todos perdieron la vida. En 2019, fue localizada en un campamento de desplazados de Siria en avanzado estado de gestación y declaró su intención de volver. El Gobierno británico decidió dejarla sin nacionalidad en 2019, bloqueando así cualquier posible retorno a Reino Unido, en una decisión que después reafirmó la Comisión Especial de Apelaciones sobre Inmigración.