La policía rusa arrestó a la mujer del opositor Alexei Navalny, Yulia Navalnaya

La mujer se manifestaba en Moscú junto a miles de personas para exigir la libertad del activista, encarcelado desde el 17 de enero pasado. En las marchas que se desarrollan en todo el país hoy, ya hay más de 300 detenidos.

Yulia Navalnaya, esposa del opositor ruso Alexei Navalny, fue detenida este sábado por la policía en Moscú durante la manifestación en apoyo a su marido encarcelado, según confirmó en su cuenta en Instagram. “Disculpen por la mala calidad [de la foto], la luz es mala en el furgón policial”, escribió con ironía en su página, al publicar una selfie dentro de un vehículo de las fuerzas del orden

La esposa del opositor es una de los cientos de detenidos en las manifestaciones que se desarrollan en todo el país a favor de su esposo, la figura opositora más importante del país.

En detención hasta el 15 febrero al menos y con varios procesos judiciales abiertos en su contra, Navalny, de 44 años, fue arrestado el 17 de enero a su regreso de Alemania, donde se recuperó de un envenenamiento, cuya autoría atribuye al Kremlin. Poco después de su regreso, el opositor llamó a manifestarse y publicó una investigación en línea sobre un fastuoso palacio a orillas del mar Negro, del que se beneficiaría el presidente ruso, Vladimir Putin.

Manifestaciones en todo el país

Varios miles de personas salieron a las calles de Moscú este sábado para mostrar su apoyo al opositor encarcelado Alexéi Navalni, en una jornada de protestas que se extendió por todo el país, pese a la prohibición de manifestarse lanzada por las autoridades, que llevaron a cabo más de 300 arrestos.

El equipo del activista anticorrupción, víctima de un envenenamiento en agosto, publicó a lo largo del día videos de estas manifestaciones, donde decenas, cientos e incluso miles de personas clamaban Vladimir “Putin ladrón”, “Navalni, estamos contigo” o “Libertad para los presos políticos”.

Estas protestas se organizaron a pocos meses de las legislativas previstas en el otoño boreal, en un contexto de caída de la popularidad del partido en el poder Rusia Unida.

Las primeras manifestaciones en el Extremo Oriente y en Siberia, donde miles de personas salieron a las calles en Vladivostok, Jabarovsk, Novosibirsk y Chita, tuvieron que hacer frente a importantes efectivos de la policía. Y en algunos lugares, la represión fue brutal. Poco después, en Moscú, se congregaron miles de manifestantes en la céntrica plaza Pushkin, según pudieron comprobar periodistas de la AFP. “Rusia será libre”, decían los presentes, que desean caminar hacia el Kremlin.

Desde antes de que comenzara la protesta en la capital, agentes antidisturbios, desplegados en gran número, ya habían detenido a varias decenas de personas e instaban a los manifestantes a “abandonar la concentración ilegal”. Las bolas de nieve arrojadas por algunos manifestantes contra la policía en Moscú fueron respondidas con porrazos. Otros ciudadanos protestaban en silencio, con pancartas en las que se podía leer “No tengo miedo” o “No a la dictadura”.

La policía moscovita advirtió el viernes de que “reprimirá” cualquier protesta no autorizada que considere una “amenaza para el orden público”. La alcaldía de la capital denunció manifestaciones “inaceptables” en medio de una pandemia.

En Yakuts, al sur del Círculo Polar, un centenar de manifestantes se enfrentaron a una temperatura de -50 ºC.

Unas 330 personas habían sido detenidas en una veintena de ciudades rusas hacia las 10H00 GMT, según la ONG OVD-Info, especializada en informar sobre arrestos en manifestaciones. Las detenciones fueron particularmente brutales en Vladivostok, puerto ruso del océano Pacífico, donde los policías antidisturbios golpearon a los manifestantes con porras, según un video de la AFP.

La policía rusa detuvo esta semana, antes de las movilizaciones, a los principales aliados de Alexéi Navalny, dos de los cuales fueron condenados el viernes a penas de prisión de corta duración.

Desde el arresto de Navalny, condenado por las potencias occidentales, las redes sociales se llenaron de llamamientos a su liberación. El opositor goza de mucha visibilidad en estas plataformas, pero los principales medios de comunicación públicos rusos lo ignoran.

Para limitar estos llamamientos, el gendarme ruso de las telecomunicaciones Roskomnadzor amenazó con multas a las plataformas TikTok y VKontakte (VK), el equivalente ruso de Facebook. Según Roskomnadzor, estas dos redes sociales, pero también YouTube, propiedad de Google, han suprimido desde entonces parte de esos mensajes.