La primera ministra de Suecia, Magdalenna Andersson, ha entregado este jueves su dimisión al presidente del Parlamento, Andreas Norlen, tal como había anunciado un día antes como gesto tras la aparente imposibilidad de los socialdemócratas de formar de nuevo Gobierno.
El ascenso de los partidos conservadores, en particular del ultraderechista Demócratas Suecos –ahora la segunda formación con más apoyo del país–, ha llevado a Andersson a dar un paso atrás que deja ahora en manos de Norlen los siguientes pasos.
La líder socialdemócrata, sin embargo, se ha despedido tendiendo de nuevo la mano al líder del Partido Moderado, Ulf Kristersson, quien parece tener ahora más opciones de convertirse en primer ministro si logra cerrar algún tipo de acuerdo con el bloque conservador.
Así, ha reiterado que hablará con Kristersson si opta por negociar con el Partido Socialdemócrata en lugar de con Demócratas Suecos. “Mi puerta está abierta”, ha dicho Andersson ante los medios, según la cadena pública SVT.
Los resultados prácticamente definitivos conocidos el miércoles anticipan 176 escaños para la alianza que aspira a tejer Kristersson, tres por encima de la que encabezaría Andersson. La mayoría absoluta en el Parlamento sueco se sitúa en el umbral de los 175 escaños.
Norlen prevé hablar la próxima semana con los ocho partidos con representación parlamentaria. Salvo sorpresas, encargará a Kristersson –compañero de partido– la formación de un nuevo Ejecutivo, si bien por ahora Andersson seguirá como primera ministra en funciones hasta que se completen los cambios.