Las dos Coreas se abren al diálogo al margen de Donald Trump

En su discurso de Año Nuevo, el líder norcoreano combina la retórica belicista con el tono conciliador hacia Seúl. Kim Jong-un propone la participación de Pyongyang en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran en la nación vecina

El máximo líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, aprovechó su tradicional discurso de Año Nuevo para abrirse ayer al diálogo con Corea del Sur en un significativo gesto que combinó con la habitual dialéctica belicista del régimen, y que fue acogido rápidamente con entusiasmo por Seúl.

El dirigente norcoreano dijo que “el camino hacia el diálogo está abierto” y que las dos Coreas deberían “descongelar sus relaciones”, un tono muy alejado de la verborrea oficial que suele dedicar al país vecino repleta de los insultos más hirientes.

Además, Kim Jong-un expresó su deseo de que los próximos Juegos Olímpicos de Invierno que se desarrollarán en Corea del Sur en febrero sean un “éxito” y anunció que su país contempla enviar una delegación a ese evento.

“La participación de Corea del Norte en los Juegos de Invierno será una buena oportunidad para mostrar la unidad del pueblo y esperamos que los Juegos sean un éxito. Los funcionarios de las dos Coreas pueden reunirse de forma urgente para discutir esta posibilidad“, indicó el principal referente político del estado norteño.

La importancia de la presencia de Corea del Norte en este evento se entiende mejor si se recuerda la historia de los Juegos Olímpicos que se desarrollaron en 1988 en Corea del Sur. Los atletas de Pyongyang no sólo boicotearon la cita sino que el liderazgo de ese país decidió eclipsar la competición destruyendo un avión civil surcoreano con 115 pasajeros a bordo en noviembre de 1987, según confesó después una de las autoras de aquel terrible ataque.

Un gesto sorpresa

Un portavoz de la presidencia surcoreana se felicitó de inmediato por el mensaje y dio a entender que el jefe de estado sureño, Moon Jae-in, acepta esta posible oferta al recordar que siempre ha “expresado su intención de hablar sobre medidas que lleven a restaurar las relaciones entre las dos Coreas, independientemente del lugar, método o momento (que se elija)”.

Medios locales como la agencia oficial Yonhap reconocieron que el “gesto conciliador” de Kim Jong-un constituye toda una “sorpresa”. “Puede indicar la reanudación del diálogo intercoreano, estancado hasta ahora”, opinó ‘The Korean Times’.

“Ha sido un regalo de Año Nuevo”, reconoció el presidente del comité organizador de los Juegos, Lee Hee-Beom.

El guiño conciliador de Kim Jong-un puede agravar las divergencias que mantienen Moon Jae-in y Donald Trump en su política hacia Pyongyang, en la que el primero nunca se ha identificado plenamente con la postura de “máxima presión” que defiende el mandatario estadounidense.

Para Kim Hyun-Wook, un experto de la Academia Diplomática de Corea del Sur citado por la agencia Afp, “Estados Unidos encontrará difícil frenar un diálogo intercoreano que se centre” en los Juegos Olímpicos.

Sin embargo, resulta complicado anticipar una recepción positiva en Washington ante las palabras pronunciadas por Kim, quien, en el capítulo dirigido a EEUU, no se apartó un ápice de su habitual retórica.

Tras afirmar que su país ya ha “completado su fuerza nuclear”, Kim Jong-un pidió a su ejército que ahora se dedique a “producir de forma masiva ojivas atómicas y misiles balísticos, y acelere su despliegue”.

“Todo el territorio de EEUU está al alcance de nuestras armas nucleares y el botón nuclear está siempre en mi despacho. No es una amenaza, es la realidad”, añadió.

El mandatario norcoreano puntualizó por el contrario que Corea del Norte sólo recurrirá a las armas nucleares “si fuerzas hostiles invaden la soberanía y los intereses” de su estado y dijo que este arsenal “no representa ninguna amenaza” para ningún otro país.

20 ensayos de misiles

Pyongyang ha realizado más de 20 ensayos de misiles -incluidos tres intercontinentales (ICBM)- y la mayor prueba atómica de las seis que ha realizado desde que Donald Trump accedió a la presidencia.

Algunos expertos habían adelantado que el hecho de que el máximo dirigente norcoreano asuma que su país ya es un estado nuclear podría abrir una posibilidad a la reanudación de los contactos con esa nación.

“La atmósfera para el diálogo puede comenzar en mayo si el Norte suspende sus provocaciones nucleares y de misiles durante los Juegos Olímpicos, y los ejercicios militares de Seúl y Washington se retrasan (algo que se está discutiendo)”, observó el Instituto de Unificación Nacional de Corea, un ‘think tank’ de estado surcoreano.

Por el contrario, el ex jefe del estado mayor de las fuerzas armadas de EEUU, Mike Mullen, advirtió el domingo en una entrevista con la cadena ABC que su país se encuentra más cerca que nunca de una guerra nuclear con Corea del Norte aunque achacó el incremento de ese riesgo a la presidencia “increíblemente perturbadora” de Trump.

“Hay un clima muy peligroso y una gran incertidumbre sobre dónde terminará todo esto. En este momento no veo ninguna oportunidad de resolver esto de forma diplomática”, afirmó.