Las muertes por sobredosis entre mujeres estadounidenses aumentaron más del 300 por ciento desde 1999

Durante muchas décadas, el abuso de drogas fue una amenaza que, mayormente, ponía en riesgo la vida de los hombres. En 1999, menos de una de cada 25,000 mujeres adultas en Estados Unidos murieron por sobredosis, y los partos eran dos veces más mortales.

Hoy, la situación es otra. Las sobredosis se convirtieron en un enorme ladrón de vidas femeninas en EE.UU., y se cobran cada vez más víctimas en la mediana edad, según un nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

De las 70,237 sobredosis letales en el país durante 2017, 18,110 de las víctimas fueron mujeres entre 30 y 64 años de edad, según los registros del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales. La cifra es un fuerte aumento en comparación con las 4,314 registradas en 1999.

Algunos de los incrementos más pronunciados en las tasas de mortalidad se observaron en mujeres que no cumplen con las expectativas del público sobre los adictos. Por ejemplo, la tasa de decesos por sobredosis entre mujeres de 55 a 64 años, se quintuplicó entre 1999 y 2017, impulsada por un aumento diez veces mayor en la tasa de muertes por opioides recetados.

El descubrimiento de que las mujeres más allá de la mediana edad abusan de medicamentos recetados, drogas ilícitas y probablemente ingieren combinaciones de medicamentos peligrosas es más que una simple curiosidad. Ello, sumado a un aumento del 80% en las tasas de suicidio entre las mujeres de 45 a 64 años desde principios de este siglo, sugiere que las hijas, esposas, madres y abuelas soportan mayores tensiones que en el pasado.

Junto con el aumento de las tasas de mortalidad por enfermedades relacionadas con el alcohol en las mujeres, las sobredosis fatales a veces son llamadas “muertes por desesperación”. En los últimos tres años, estas comenzaron a revertir décadas de avances en la esperanza de vida de la nación.

El estudio, dado a conocer en la edición del viernes del Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad, también sugiere que las mujeres estadounidenses están respondiendo al estrés de forma tal que se están cerrando las viejas brechas entre ellas y los varones en materia de autolesiones, abusos de sustancias y conductas de riesgo.

Por ejemplo, el equipo del Centro Nacional para la Prevención y el Control de Lesiones de los CDC encontró que, al igual que para los hombres, la tasa de sobredosis fatales relacionadas con opioides sintéticos aumentó considerablemente en 2015. Las muertes de mujeres atribuidas a estos medicamentos —incluidos el fentanilo y el tramadol— se multiplicó 16 veces en los 18 años previos a 2017.

Los decesos relacionados con la heroína y las benzodiacepinas —una clase de medicamentos recetados contra la ansiedad— también aumentaron bruscamente, con una suba de 915% y 830%, respectivamente, entre 1999 y 2017. Las sobredosis fatales de cocaína y antidepresivos también crecieron, aunque más lentamente.

En 1999, las mujeres estadounidenses con mayor riesgo de morir por una sobredosis tenían entre 40 y 44 años de edad. Pero en ese entonces, ese riesgo disminuía abruptamente después de cumplidos los 50 años.

En los siguientes 18 años, la tasa de sobredosis fatales subió para las mujeres estadounidenses en todos los grupos etarios entre los 30 y los 64 años. Pero para 2017, el índice era más alto entre las mujeres a comienzos y mediados de sus 50 años. Como resultado, la edad promedio de muerte por sobredosis aumentó de 43.5 a 46.5.

Las sobredosis entre las mujeres estadounidenses “siguen siendo inaceptablemente altas”, escribieron los autores del nuevo informe.

El estudio también deja en claro que, a medida que los profesionales médicos y de salud pública luchan por contener una epidemia nacional de sobredosis, deben prestar especial atención a las mujeres, y a una gama más amplia de ellas que en el pasado.

El equipo de los CDC señaló que el establecimiento de salud hizo un gran esfuerzo en el pasado para advertir a las mujeres en edad fértil sobre los riesgos potenciales de ciertas drogas, como los analgésicos narcóticos y los ansiolíticos, que podrían dañar a un feto en desarrollo. Pero está claro que esos mensajes igualmente necesarios no llegan a las mujeres mayores que mueren por sobredosis de drogas, sugirieron los autores.

Los proveedores de atención médica que atienden a las mujeres por cuestiones de dolor, depresión o ansiedad deben prestar especial atención a las personas de la mediana edad, escribieron. Y es posible que las aseguradoras que atienden a mujeres mayores, incluidas Medicare, deban enfocar su atención en las necesidades de estas para efectuar prescripciones más cuidadosas, un asesoramiento psicológico más enfocado y un mejor acceso al tratamiento para la dependencia de sustancias que en el pasado.