El titular del Centro de Constructores de Mar del Plata habló en la 99.9 acerca de la propuesta que presentaron ante el inminente dragado que tendrá el puerto de la ciudad.
Ante el reciente llamado a licitación para el dragado del puerto de Mar del Plata, el Centro de Constructores hizo un pedido formal para que, como se hizo en otras ocasiones, se use la arena extraída para el refulado de playas que permita contar con un mayor espacio público en sectores centrales de la ciudad.
El presidente de dicho ente, Leonardo Tamburini habló en la 99.9 indicando que “queremos mejorar la cantidad de metros cuadrados que tiene disponibles Mar del Plata. Después del refulado de 1998 que tanto éxito tuvo, ahora con la oferta licitatoria que se presentó, saber si se podría ampliar el monto y hacer ese refulado. La discusión entre la playa pública y las unidades turísticas ampliando los metros cuadrados, se solucionaría rápidamente”.
Hay tres sectores centrales sobre los que gira el proyecto y que incluso no remarcan que se deban refular conjuntamente: “Mar del Plata tiene 40 kilómetros de playa y el mayor flujo de gente está en Playa Grande, Varese y la Bristol. Hay que monitorear constantemente la agresión del litoral marino para tener siempre la misma cantidad de arena y que no pase lo que sucede ahora. Quizás haya alguien que lo mida pero no están los recursos para hacerlo. Aunque sea se puede hacer paulatinamente, un año en cada playa para ir cerrando esa discusión”.
Mientras tanto, el sector de la construcción en la ciudad atraviesa un momento delicado que también detalló el propio Tamburini: “estamos buscando algún incentivo por única vez porque vemos muy decaída la inversión privada. La presentación de expedientes en comparación con 2018 y 2019 tuvo una caída en el 2020 del 52%. Para el sector privado este año será bastante complicado y ahí es donde intentamos ver si podemos generar alguna promoción”.
La inversión es un eje central que está paralizado y por eso buscan alguna salida. “Hubo gente que acopió pero lo que está pasando es que el inversor no quiere salir de su nivel de confort porque está sentado arriba de los dólares y no los quiere cambiar, no hay un horizonte claro y si no hay inversión no se puede hacer nada”, finalizó.