Científicos estadounidenses afirman que los rápidos cambios ambientales que se dieron en el este de África hace dos millones de años, habrían afectado la evolución humana.
El estudio de un grupo de expertos de las universidades Penn State y Rutgers, en Estados Unidos, determinó que los rápidos cambios ambientales habrían influido en el avance de la especie humana. “Los primeros seres humanos habitaron el mundo con rápidos cambios hacia atrás y hacia adelante, entre un cerrado bosque y un prado abierto unas cinco o seis veces durante un período de 200.000 años“, asegura Clayton Magill, estudiante de la Penn State graduado en Ciencias de la Tierra.
Katherine Freeman, profesora de la misma carrera, explica que la hipótesis principal sugiere que los cambios evolutivos entre los seres humanos durante el periodo que el equipo investigó, estaban relacionados con un cambio largo y constante del medioambiente o una gran alteración climática. “Los primeros humanos pasaron de tener árboles disponibles a tener sólo pastos disponibles en tan sólo diez a cien generaciones; su dieta ha tenido que cambiar en respuesta a estas modificaciones“, comenta. Los cambios en la disponibilidad de alimentos, el tipo de comida o la manera de conseguirla pueden haber desencadenado mecanismos evolutivos para hacer frente a esos cambios.
Los investigadores examinaron sedimentos del lago ubicado en la Garganta de Olduvai, en el norte de Tanzania. Allí estudiaron materia orgánica que se había lavado bien o que llegó de la vegetación circundante, los microbios y otros organismos que vivieron hace dos millones de años. En particular, observaron moléculas fósiles de organismos antiguos de la capa cerosa de las hojas de las plantas. A partir de los datos obtenidos, reconstruyeron los tipos de vegetación del área que existieron en intervalos de tiempo muy específicos. Así, mostraron la rápida transición que se produjo hacia atrás y hacia adelante entre un cerrado bosque y un prado abierto. Los científicos afirman también que existe una correlación entre los cambios medioambientales y la temperatura superficial del mar en los trópicos. “Encontramos mecanismos complementarios: uno es el camino de las órbitas de la Tierra y otro, la variación de la temperatura de los océanos que rodean África“, comentó Freeman.