Los especialistas en Gerontología destacan el avance de los adultos mayores en ámbitos que antes no les eran propios, con la incorporación de conceptos como “envejecimiento activo”.
Los adultos mayores están empezando a ocupar espacios en universidades, centros culturales y ámbitos públicos. Mientras tanto, cientos de nuevos profesionales se forman bajo el paradigma del “envejecimiento activo”.
“Venimos de una sociedad donde el control por edad era mucho más estricto. Hoy hay un ‘borramiento’ de estas diferencias. Por ejemplo, la ropa es casi la misma para niños, adultos y mayores“, explicó a Télam el psicogerontólogo Ricardo Iacub. Y agregó que “esto implica la eliminación de estos controles. Fijate que si vas a un centro de jubilados, las personas mayores están en posiciones que antes eran atribuibles a los jóvenes: bailan, cantan, se divierten“.
El especialista, que además se desempeña como profesor en cátedras sobre la Tercera Edad en las facultades de Psicología de las universidades de Mar del Plata y Buenos Aires, indicó que “los adultos mayores ven un cambio pero no terminan de asimilar lo revolucionario de esa transformación, la modificación del paradigma de la que son protagonistas. Es en este sentido que tomamos el concepto de ‘uniage’, que implica la pérdida de patrones definidos por edad y es análogo al cambio del ‘unisex’, que surgió cuando se visibilizó que el mundo iba hacia una igualdad de género“.
Según datos del Censo 2010, existen en Argentina 5.725.838 personas de 60 años, lo que convierte al país en uno de los más envejecidos de la región. Sólo el 1,5% vive en residencias de larga estadía, vulgarmente conocidas como “geriátricos”. “Este dato de adultos institucionalizados es interesante, porque es muy bajo en relación a lo que está presente en el imaginario. Cuando uno pregunta en clase qué porcentaje de mayores creen que viven en residencias de larga estadía, los alumnos responden cifras cercanas al 50%“, señaló Iacub.
Desde la Dirección Nacional para Adultos Mayores (DINAPAM), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, se realizó en noviembre de este año y por primera vez una encuesta sobre la calidad de vida de las personas mayores. “La importancia de este trabajo, que es algo novedoso no sólo en el país sino en toda América Latina, es que es la primera vez que una encuesta se aproxima a problemáticas tales como abuso y maltrato, sexualidad y satisfacción vital“, indicó Mónica Roqué, responsable de DINAPAM. La especialista advirtió que “conocer mejor las necesidades y la autopercepción que los mayores tienen es indispensable, porque se trata de un colectivo heterogéneo. No hay nada que una persona de más de 60 años ‘deba’ hacer. Es decir, un adulto mayor debe poder hacer lo que quiere, no es como un chico que tiene que ir a la escuela. Por lo tanto, esta información servirá para profundizar las políticas de fortalecimiento del rol del adulto mayor en nuestra sociedad“.
Otro avance importante tiene que ver con cómo se van derribando perjuicios a partir de convenio de DINAPAM con ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina), que permitió la capacitación de miembros de este colectivo como cuidadores domiciliarios de mayores. La formación de nuevos profesionales capaces de atender el nuevo paradigma de envejecimiento es otra cuestión que ha salido que fue fortalecida en 2012. Hubo un aumento en la cantidad de alumnos en las especialidades gerontológicas y se sumaron más estudiantes al Posgrado en Gerontología que la DINAPAM ofrece junto a la Universidad de Mar del Plata en todo el país.
También, en el ámbito académico, durante 2012 se destacaron las Jornadas de Envejecimiento LGBTTTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Transexuales, Transgénero e Intersexuales). Allí se debatió sobre las particularidades de este colectivo. Y las Jornadas de Envejecimiento Productivo, que abordaron un nuevo concepto en el ámbito gerontológico.
Como complemento, se llevó a cabo el Congreso Nacional de Gerontología Comunitaria e Institucional de Río Hondo, donde se actualizaron y capacitaron unas 1.500 personas de todo el país que trabajan con y para personas mayores.
Argentina siguió liderando los procesos de elaboración de una convención para adultos mayores tanto en el ámbito de las Naciones Unidas como de la Organización de Estados Americanos, donde ya se confeccionaron los primeros 10 puntos del documento. “Lograr la sanción de una convención es importante porque se trata de una herramienta jurídicamente vinculante. Esto implica que los países que suscriben tienen la obligación de cumplir con lo que establece el documento, porque de lo contrario pueden ser sancionados“, explicó Roqué.