Los empresarios no piensan en dar empleos

Según una encuesta de la consultora PageGroup, los empresarios argentinos no tienen perspectivas para el 2013 de contratar nuevos empleados, algo que es señal evidente del enfriamiento económico y laboral para nuestro país.

El enfriamiento del mercado laboral en el tercer trimestre del año se hizo notar y las perspectivas para el año próximo no son mejores. Incluso, la mayoría de los ejecutivos están anticipando que no planea contratar nuevos empleados en 2013.
Estos datos figuran en una encuesta realizada por la consultora internacional PageGroup entre 760 ejecutivos de la región sobre las perspectivas para el año que viene. En Argentina, el 71,7% de los consultados dijo que no tiene planes de incrementarsu organigrama de empleados.
“En un escenario un poco más conservador, las empresas van a estar mirando mucho más cada posición, si se paga o no, si es justificada o no”, explicó Daniel Iriarte, director ejecutivo de PageGroup en la Argentina. “Tiene que ver más con optimizar lo ya contratado que pensar en aumentar el personal”, continuó. El año pasado, ante la misma pregunta, más de la mitad respondió que iba a contratar gente.
Los datos que arrojó la encuesta para otros países de la región señalan que en Colombia, el 51% de los consultados afirmó que planeaba aumentar su plantila en 2013, en tanto que en Chile el 61,1% respondió en igual sentido. “En general, la gente en la Argentina parecería tener una visión cauta o conservadora para el año próximo, pero no de crisis total”, aclaró Iriarte. “Se ve en la encuesta cómo es prácticamente igual la proporción de encuestados que respondió que el índice de desempleo se mantiene en 2013 que la que dijo que esperaba que suba; por cómo está repartido el resultado no se espera por ello que el desempleo se dispare o suba tanto. Lo mismo aplicaría para el crecimiento de la economía”, deslizó el director de PageGroup, La encuesta incluyó prácticamente la misma cantidad de ejecutivos de empresas nacionales que de multinacionales, de los cuales el 39% cree que en la Argentina la tasa de desempleo se mantendrá en 2013 en los mismos niveles que en 2012, mientras que un 42% dijo que crecerá, y apenas 19%, que disminuirá. Asimismo, el 44% dijo que el producto bruto interno (PBI) argentino se mantendrá estable en 2013, mientras que un 42% consideró que crecerá.
Esto coincide con un menor nivel de inversiones previsto para el año próximo. Sólo 27,4% dijo que sus inversiones superarían las de este año; el 36,7% afirmó que serían iguales a las de 2012, y el 35,8%, que serán incluso más bajas.
Los que sí tendrán inversiones planean otras formas para aumentar la producción de las unidades productivas existentes y para mejorar la infraestructura técnica y la adquisición de sistemas informáticos. “Es verdad que gran parte de las industrias están operando al límite de su capacidad instalada, y las nuevas inversiones serían más bien de corto plazo, para atender una demanda puntual y poder acompañar el mayor consumo previsto en un año electoral”, opinó Iriarte. “Pero no se ve tanto una vocación por inversiones de largo plazo, como sería la construcción de unidades productivas o fábricas que permitan ampliar la capacidad instalada a mediano y largo plazo”, explicó.
Países como Colombia y Chile tienen mejores perspectivas para el año próximo. En el país “cafetero”, el 58,9% de los ejecutivos encuestados aseguró que planeaba realizar nuevas inversiones en 2013; en Chile, el 53,7 por ciento. Los dos planteles, crecerán este año más que la Argentina, que según las estimaciones de economistas privados podría terminar el año con un crecimiento menor al 2%, contra un 4,3% que estima el Fondo Monetario Internacional (FMI) para Chile o el 4,7% de Colombia.
Los sondeos en Argentina señalan que los ejecutivos deben considerar para el 2013 tanto la inflación como las tasas de interés y el tipo de cambio, que seguramente aumentarán. El 43% considera que la inflación también subirá (el 36% cree que se mantendrá en los mismos niveles de 2012, en torno al 25% anual, de acuerdo con las estimaciones privadas), y el 36%, que las tasas de interés acompañan el alza.
“Ahí hay algo claro, que al cepo cambiario la gente lo ve como un parche o una solución transitoria, y que tarde o temprano habría una devaluación más acelerada”, dijo Iriarte. “Es la consecuencia de la pérdida de competitividad por la inflación”, sentenció.