Los “Hijos” que no quiso Carlotto

Dicen que son ignorados por no haber sido apropiados durante la última dictadura militar. Aseguran que se falsean estadísticas y que hay más de 3 millones de personas con la identidad adulterada.

Hijos-que-no-quiso-CarlottoGisela Di Vincenzo es una de las 3 mil personas que conforman la ONG Búsquedas Verdades Infinitas, una agrupación formada mayoritariamente por hombres y mujeres que persiguen encontrarse con sus verdaderos padres, en su mayoría, víctimas del robo o de la venta de recién nacidos. A punto de recibirse de abogada, Gisela, cuya vida cambió cuando su madre le confesó en una pelea que la habían comprado a una partera que vendía niños, le cuenta a MDZ que “si bien nosotros también perdimos a nuestras padres, también fuimos robados o vendidos y el estado que estuvo ausente es responsable, hoy no somos tenidos en cuenta”. “Somos también hijos de desaparecidos, no sabemos quiénes son nuestros padres ni donde están pero como no nos contemplan como casos de lesa humanidad todo se hace mucho más difícil”, asegura.
Tanto Gisela como el resto de las personas que conversaron con MDZ aseguran sentirse discriminados. “Hay propagandas del estado nacional que te dicen que pelees por tu identidad, que te saques las dudas, queremos hacer todo eso pero nos cierran la puerta en la cara”, señalan. “Fuimos junto a Silvia Tarrio, recibidas en su momento por el ahora fallecido Eduardo Luis Duhalde y por la señora Estela de Carlotto, Duhalde nos dijo que los DDHH en el país eran de las Abuelas  y que él no podía hacer nada. Carlotto directamente nos dijo que éramos ‘un error de la vida’”, asegura Di Vincenzo.
“Nosotros no tenemos nada. No tenemos apoyo psicológico, no tenemos ni siquiera una sede, pero sin embargo cuando en Abuelas algún análisis da negativo, son tan caraduras de mandarlos a `lo de Gisela de Búsquedas’”, asegura Di Vincenzo. Otro ejemplo que muestra a las claras las diferencias lo da María Magdalena Villegas quien busca a su hija, cuya propia familia regaló cuando ella era muy joven y no pudieron hacerle un aborto: “Estaba en un programa de televisión y una chica que me escucho sacó cuentas, mis fechas y mi hospital coincidían con datos que ella manejaba, vino a buscarme porque hay una posibilidad de que sea su madre, estamos entre las dos juntado el dinero para hacernos los estudios de ADN y mientras tanto manejamos como podemos esta ansiedad”, confiesa. Para un particular, un ADN tiene un costo que no baja de los dos mil pesos por persona.
Desde Búsquedas, aseguran que las estadísticas se falsean y que en el país hay casi 3 millones de personas cuya identidad ha sido adulterada, en su mayoría, por haber sido robados al nacer. “Más de 3 millones de personas buscan en el país su verdadera identidad y otras tantas no saben de esta situación personal”, asegura la titular de la ONG quien no duda en decir que son dejados de lado “por un tema económico”. “Incluirnos a nosotros reduciría el dinero del cual disponen hoy por hoy los llamados organismos de Derechos Humanos”. Casi en soledad, investigan redes de robos y posterior venta de bebés y elevará una acción judicial para que la búsqueda de ellas y de sus compañeros de lucha, sea tenida en cuenta por el estado nacional. “Estamos impulsando un Proyecto de Ley Nacional sobre el Derecho a la Identidad de Origen”, revelan a este medio.
Gisela ahora va por más, prepara un amparo colectivo con otros hijos y madres, asegura que el banco nacional de datos genéticos es “un bastión de Abuelas al que no los dejan entrar y que hay DDHH de primera y segunda en el país”. “Solo les importan los hijos de Ernestina (Herrera de Noble), nada más”. Actualmente el banco no es universal y quienes pertenecen a esta institución piden ser integrados para luego poder tener un padrón comparativo de ADN, gratuito, asumido por el estado nacional. “Permiten que sea para un grupo reducido de personas que busca su identidad en etapa dictatorial, dejando de ser de todos los argentinos”, señalan.
“Yo misma le mandé un pedido de audiencia a la señora Presidenta y lamentablemente fue estéril la respuesta, eso es doloroso porque uno se siente nada”, admite Gisela. Viviana Scaliza, otra de las mujeres que busca a sus verdaderos padres asegura: “Te sentís como si fuésemos pedazos de carne vendidos y regalados y nada más, es horrible”.
Desde Búsquedas, remarcan que si esta tarea resulta difícil en Buenos Aires, en el interior, todo se vuelve más engorroso. Por eso, subrayan la necesidad de crear una ley que pueda establecer en todos los registros civiles del país una oficina de DDHH por identidad. “La idea es poder lograr por otra vía resguardar base de datos con las partidas de nacimiento y ordenamiento de los libros de parto, consiguiendo de esa manera  que se puedan controlar las anotaciones en el registro civil”, explica Viviana Tuñón, quién también busca a sus verdaderos padres. Uno de los casos del interior es el de Nydia Romero, en La Rioja, “mi historia sucedió en la provincia de Córdoba, mi fecha probable de nacimiento es el  15 de enero del año 1968, el  lugar de nacimiento es la clínica Tucker, quien atendió el parto fue el Dr. Ernesto Mercado Luna, quien admitió en mi cara que varias personas fueron por el mismo tema a consultarlo”. El médico fue citado por DDHH de Córdoba pero ante el organismo, se negó a dar información.
“Queremos que el estado responda por el daño causado y que se reconozca la gravedad del delito que también ofende a la humanidad, debido a que es robo sistemático de personas”, cierra diciendo Rafael Claudio Lima, quien desde que se enteró de su apropiación, revela, comenzó a festejar su cumpleaños el día de la fecha probable de su nacimiento.
“El imaginario social cree que la sustitución de identidad es sólo un tema inherente a los Hijos de Desaparecidos. Y asocia las palabras Derechos Humanos a la Dictadura Militar.  Así como también supone que los robos de recién nacidos, ventas, adopciones ilegales son hechos sumamente aislados.  Hoy los medios de comunicación, internet con sus redes sociales, colaboran para hacer  posible este tipo de  búsqueda.  Pero la búsqueda de la identidad no sería necesaria si la realidad comenzara a cambiar”, advierten todos los integrantes de esta ONG. En el Censo de 2011 se pusieron de acuerdo y cuando se le preguntaba fecha de nacimiento, la respuesta era “identidad sustituida”.
Ahora, la película – documental “Nacidos Vivos”, dirigida por Alejandra Perdomo, buscará masificar el tema retratando las búsquedas de aquellos seres que han sido engañados respecto de su identidad. En Búsquedas saben que nada es fácil y sobre todo, que ellos no son los únicos: “Nuestra frase de cabecera es trabajamos para el bebé que están vendiendo en este momento”.