“Mar del Plata es la ciudad con menos clase marginal”

Según relevamientos dela Consultora Competencia, Mar del Plata ha logrado tener sólo un 2,4% de la población en situación marginal, convirtiéndose así en la ciudad mejor posicionada entre las consultadas. Las cifras fueron del 2010 e indican que “el 16% está en la clase baja típica y un 33% en la clase media típica”.

Esta mañana en la 99.9, Carlos Ortego, director de la Consultora Competencia, analizó los diferentes extractos sociales existentes en nuestro país y se refirió a cómo influye el INDEC en esta cuestión: “en una parte nos afecta, aunque los datos de marketing no han sido alterados y se cruzan con otros datos privados. Se puede estratificar la sociedad argentina y deducir los consumos que la gente está teniendo. Los índices se alteran en períodos de grandes crecimientos o depresiones, para que se alteren los niveles económicos. Todos nosotros utilizamos un indicador que permite entender la sociedad y verla en perspectiva”.
A partir de los análisis realizados, se destacan especialmente algunos datos: “los estudios del 2010 mostraron que se ha reducido la clase baja inferior o marginal en una proporción significativa respecto de 2004. Los subsidios a los servicios públicos y a estos sectores, han permitido que muchos hogares entren en la clase baja superior, más allá de los juicios políticos y de quién sea el mérito”.
Respecto a las conclusiones específicas sobre la ciudad de Mar del Plata, Ortego puntualizó que “el 2,4% de los hogares son de clase marginal. El 16% es de clase baja típica y un 33% de clase media típica. Si uno piensa en esa cifra marginal comparando los datos del 2003, es significativa la cantidad de gente que ascendió un nivel”. Esa clase media típica es la que habitualmente tiene en consideración el argentino y en la cual se incluye: “para medir la clase media típica se utiliza la variable de ‘educación’ del principal sostén del hogar, sea la madre o el padre. Se mide su educación alcanzada máxima, el cargo que desempeña laboralmente, la cobertura médica ya sea prepaga, obra social, personal o usuario de hospital público”.
De acuerdo a estos datos, el analista también destacó que “Mar del Plata es la ciudad que menos clase marginal tiene hasta el año 2010. Estamos hablando de que se tomaron 1.900 muestras en el país en localidades que tienen más de 15.000 habitantes. Si uno compara las ocho ciudades principales, Mar del Plata está en la mejor posición. El 5% de los hogares de la ciudad están en la clase alta; son todos profesionales, dueños de empresas, con universidad completa o posgrado y con cobertura médica de prepagas”.
Dentro de las tipificaciones para cada estamento social, Ortego aclaró que “los que ascienden a clase baja superior consumen segundas marcas, permanentemente las ofertas publicadas en las revistas de los supermercados; es gente que mira ciertos programas de televisión masivos, van a escuelas públicas, leen diarios muy populares, usan el transporte público”. Sin embargo, a la hora de seguir progresando, tienen problemas: “la gran dificultad para saltar de clase se basa en la educación. Cuando alguien tiene un puesto laboral que no le permite seguir estudiando, se estanca. A veces, los sindicatos hacen acuerdos con las empresas para que los empleados sigan estudiando en la parte técnica, para seguir creciendo dentro de la empresa.  Los hijos de esos grupos tienen una oportunidad con el Programa Igualdad. Pero deben aprovecharla, porque su padre quizás no pueda convertirse al mundo digital y no pueda ejercer su trabajo, cuando están buscando en la empresa gente que crezca”.
En cuanto al estudio que llevó adelante, el responsable de la consultora Competencia señaló que “en Argentina, si uno pregunta, advierte que la gente siempre se autodefine como de clase media; todos lo consideramos así. Peleamos por permanecer en ella, por jamás volver a caer, porque no soy ningún rico y tampoco estoy desplazado. Cuando una persona puede conservar su casa, un autito y la cobertura médica, la gente ya se considera de clase media”, finalizó.