Así lo indicó un vecino que ha colaborado en el cuidado de perros en Zoonosis durante un tiempo y que brindó su opinión en la 99.9: “hay mucha gente trabajando que quiere hacer las cosas bien, pero por distintas trabas políticas o excesos de promesas en épocas de campaña; no pueden avanzar”, dijo.
El trato que le brinda Zoonosis a los perros que se encuentran bajo su cuidado, entró en el centro de la escena luego de la denuncia presentada por la Asociación Pro Ayuda al Animal Abandonado (APAAA) días atrás. En la 99.9 Marcos Locatelli, vecino que se dedicó durante años a la crianza de perros, destacó que más allá del problema puntual por la muerte de dos perros, hay un tema cultural no resuelto.
“Sobre el tema de los perros enterrados, hay que ver que pasó allí. Se tendrá que evaluar, pero hay una situación grosera”. También indicó que “la reglamentación para los responsables de perros potencialmente peligrosos está muy bien porque hay que controlarlo. Los perros son manejables, el tema es en el ambiente que se crían. Detrás del perro, hay una persona que no se hizo responsable de controlar al animal”.
Estos puntos son aplicables, pero mientras tanto, para Locatelli no hay un espacio acondicionado para llevar a los perros que pueden quedar bajo la tutela del Departamento de Zoonosis: “tienen muchas falencias edilicias y desde mi punto de vista, no está en condiciones de recibir ni siquiera un perro”.
En ese sentido, se había pensado en construir un nuevo refugio en Laguna de los Padres algo que Locatelli consideró necesario ya sea allí o en otro lugar: “hay mucha gente trabajando que quiere hacer las cosas bien, pero por distintas trabas políticas o excesos de promesas en épocas de campaña; no pueden avanzar. El de Laguna de los Padres era un proyecto para albergar determinados tipos de perros y ahí fue cuando hubo problemas porque indicaron que era una reserva. La realidad es que es necesario un lugar nuevo pero no sólo por una cuestión de tamaño, sino por como está el perro”.
La responsabilidad del dueño del perro es ineludible, sobre todo desde la experiencia que planteó en su paso por Zoonosis para colaborar con el cuidado de los perros: “del tiempo que estuve en Zoonosis, sólo dos perros genéticamente eran duros, tenían un temperamento fuerte que derivó en agresiones. El resto, los perros que entraron por morder es todo aprendido, es un tema de crianza. Lo más fácil es echarle la culpa al perro, pero no son agresivos por naturaleza porque se ha lavado con el tiempo. El perro ya no necesita conseguir comida ni defender un territorio”, aclaró.