El fiscal Mariano Moyano habló en la 99.9 sobre la condena de 7 años de prisión para Carlos Vargas por asistir a una banda de delincuentes que estaba llevando adelante una entradera escuchando la frecuencia policial desde su casa donde estaba con arresto domiciliario: “venimos planteando que escuchar la frecuencia policial es equivalente a aportar un arma de fuego o movilidad, es una herramienta más de las que se valen los delicuentes”, explicó.
Una vez más, la fiscalía que encabeza el fiscal Mariano Moyano tuvo un éxito en una causa donde las escuchas telefónicas fueron protagonistas. Se trata de la condena de 7 años de prisión para Carlos Vargas que aún con arresto domiciliario se encargaba de escuchar los movimientos de la policía para alertar a tres delincuentes que estaban realizando un violento robo en una vivienda ubicada en Esquiú al 1.900.
El fiscal expresó en la 99.9 que “el 23 de julio de 2016 nos fue puesto en conocimiento un robo en Parque Luro. Tres días después del robo, en un allanamiento se encontraba Vargas que en ese momento tenía prisión domiciliaria con tobillera electrónica. En la habitación donde pernoctaba se secuestró un handy que tenía la frecuencia policial”.
Si bien nunca se hizo cargo del hecho, las pruebas fueron irrefutables: “al momento de declarar dijo que no salía de la casa y estaba cumpliendo con la prisión domiciliaria, pero cuando se analizaron los mensajes de un celular que también fue secuestrado, se pudo constatar que la función que tenía en esta banda delictiva era la de escuchar la frecuencia policial mientras la banda delictiva cometía el robo”.
Este tipo de delitos, son una constante y el fiscal Moyano ha insistido ante los jueces para que tengan una penalización: “venimos planteando que escuchar la frecuencia policial es equivalente a aportar un arma de fuego o movilidad, es una herramienta más de las que se valen los delicuentes. Este tipo de fallos para nuestra fiscalía son muy importantes”.
La fiscalía dedicada a entraderas, ha tenido mucha actividad en los últimos años y eso ha llevado a que se encuentren con contextos delictivos muy complejos: “en estos tres años nos hemos encontrado con varios casos. En algunos, parte de lo que se sustraía era parte de pago de quien escuchaba la frecuencia policial. Tenemos casos de gente de Mar del Plata que se reunía con gente de Gran Buenos Aires para cometer delitos y luego era retribuido trayendolos a Mar del Plata para cometer más delitos”, ejemplificó.
Las invesgitaciones, en su mayoría, están teniendo réditos y pueden condenar a quienes escuchan la frecuencia policial; sin dudas, un gran avance: “estamos ante bandas delictivas que roban con gente o sin gente dentro de las casas. La mayoría de las personas imputadas que hemos tenido por escuchar la frecuencia policial no tenían antecedentes como sí lo tenían quienes llevaban adelante el asalto”, señaló finalmente.