El comerciante Alfredo Galesio Kotzler, propietario de la Librería Luro, denunció públicamente en la 99.9 que un grupo de jóvenes que habían inhalado pegamento rompieron la reja de su local y robaron elementos de la vidriera. “Fue una situación muy fea”, comentó.
La inseguridad tiene una crónica constante en Mar del Plata, que no siempre se refleja en los medios. En las últimas horas, hubo un robo que entrelaza varias problemáticas propias de la ciudad. Y por la zona en que se produjo, el caso es especialmente preocupante.
El comerciante marplatense Alfredo Galesio Kotzler relató esta mañana en la 99.9 lo que le tocó vivir en la madrugada de ayer: “fue una situación fea. Ayer a las 4.30 de la mañana me avisan que se había activado la alarma. Concurrí al local, que está en La Rioja y Luro, a centímetros del despacho del Intendente. Aparentemente, un grupo de 4 chicos había tirado la reja de nuestro local y había ingresado al hall. Rompieron una vitrina donde se exponen elementos artísticos, de escritura fina y dibujo técnico, todos artículos específicos que no tienen una salida de reventa fácil en el mercado”.
Al parecer, los maleantes no estaban en las mejores condiciones al momento de robar, de acuerdo a lo que se encontró en el lugar: “al lado de lo que rompieron y saquearon quedó una bolsa inmensa de pegamento con tolueno, que es lo que habitualmente inhalan”.
Alfredo dice conocer de quiénes se trata: “habitualmente estaciono mi camioneta en 25 de mayo e Irigoyen y siempre veo chicos que están inhalando pegamento. Terminé todo el papeleo y me dirigí personalmente a ese lugar y encontré a los chicos con las cajas. Como ciudadano común, sé dónde se están dando con pegamento los chicos. No entiendo cómo las autoridades policiales y municipales no se dan cuenta”.
Después de haber pasado todo esto, Galesio destacó: “no creo que el canal de abastecimiento del tolueno sea muy complicado. Son chicos que tienen una forma de vida muy elemental. Hacen guardia en la zona; donde paran, se puede saber dónde compran eso. Es lo inexplicable de lo que pasó. Estamos al lado de la Municipalidad y creo que tendría que ser una zona más protegida, más allá de que toda la ciudad debería ser segura. Todos los comercios que están en la misma cuadra han sido víctimas de distintos actos de inseguridad”.
No sólo el robo es algo común entre estos chicos que inhalan pegamento; por la ubicación donde “residen”, podrían ocurrir otro tipo de hechos: “el lugar donde están apostados estos chicos está a centímetros de la Facultad de Derecho, donde concurren todos los días chicos de 19 o 18 años que pueden ser víctimas de cosas peores. Mañana, a una chica que estudia Derecho la pueden agarrar y hacerle cualquier cosa”, advirtió el comerciante. Luego abundó: “la ineficacia policial es evidente. Pero la misma Municipalidad, así como publicita controles de distintos ámbitos, debe incluir esta zona en sus controles. Faltan varias patas en esta silla”.
Pero Alfredo no se quedó tranquilo sólo con hacer la denuncia; además, decidió ir a recuperar sus cosas: “fui a la plaza y los encontré durmiendo. Uno tenía una caja de Faber Castell de lujo, cuyo único público es un artista de nivel. Enseguida llamé al Comando y me empezaron a hacer preguntas de todo tipo, pero nunca aparecieron. Encontré a un policía, le conté la situación y fuimos a donde estaban. Tenían el motín detrás de un arbusto y me lo llevé. Uno de los individuos que se estaba escapando fue atrapado por un policía que estaba en el control de monitores. El resto escapó y se fue hacia la plaza”.
Nadie ni nada nos asegura que estemos libres de ser asaltados. Ni siquiera el hecho estar a unos metros de la Municipalidad o hacer cosas con el partido gobernante: “nuestra librería hace actividades culturales con la Secretaría de Cultura y Acción Marplatense. Nosotros, cuando asumió el contador Pulti, le relatamos la situación de la cuadra y dijo que iba a tomar medidas. Pero no pasó nada”.