Ramírez, oficial de la Policía de Infantería, denunció en el aire de la 99.9 las irregularidades que se cometen en torno a los traslados de personal para cubrir operativos en diferentes jurisdicciones. “Es insoportable. No nos pagan el viático y aducen que la ley Orgánica Policial dice que no se pagan viáticos cuando se cubren servicios en el Gran Buenos Aires y en La Plata. Además, nos tenemos que bancar los costos de la comida y nos dicen que pasemos esos viáticos por planillas que vienen liquidados a los 6 meses, a veces directamente ni vienen”.
Se sabe que la están pasando mal. Esta mañana, en diálogo con la 99.9, el oficial Ramírez contó que están viajando a la ciudad de La Plata constantemente, que son alojados en lugares deplorables y que los móviles están destruidos sin puerta de emergencia. Algunos, tienen rejas para evitar los piedrazos, por lo que son una auténtica jaula. “Aparte, cuando llueve entra el agua por todos lados”, aseguró. Y agregó, “parecemos tumberos alojados ahí.”
También informó que no hay móviles para trasladar a los oficiales, tanto en Mar del Plata como en Olavarría y Tandil; y manifestó que, según supone, en Bahía Blanca tienen uno. Por ese motivo, los traslados se hacen a través de la empresa El Cóndor, pagando pasajes a tarifa normal como cualquier pasajero, gasto que Ramírez no justifica porque “es todo totalmente evitable. No se entiende cuál es la rueda. Qué hacen, para qué y cuál es el beneficio”.
Además señaló que no tienen un sindicato que los proteja. En la Policía hay una frase muy común que dice que si ellos no tienen derechos, es imposible salvaguardar los derechos de los demás. Es decir, están para cuidar de los bienes y las vidas de otros pero no tiene derecho a absolutamente nada cuando se trata de lo propio.
Ramírez expresó: “queremos reivindicarnos un poco y contarle a la población que no nos tratan como a veces se piensa. La vez pasada, fuimos con un móvil a cubrir una garita acá y lo tuvimos que empujar. Un vecino estaba sacando fotos y le dije: ‘saque, saque por favor y súbala a los diarios a todos lados’. Empujamos para que el móvil pudiera arrancar; no tenía combustible, así que lo dejamos ahí para que prendieran las balizas. Es todo un montaje, una puesta en escena. Algo que es mentira. No sé, los verdaderos efectos de la inseguridad no sé cuáles son, pero no se combaten. Estamos entre la espada y la pared siempre. Los jefes nos retan. Cuando arrancó el operativo le dije al comisario: ‘jefe, ¿por qué no paramos las motos y las tiramos por informática?’. ‘No, no’, me dijo, ‘quédense acá, no hagan nada porque la orden es no hacer nada’. Entonces le dije, ‘ya que nos estamos muriendo de frío, por lo menos paremos las motos y nos entretenemos. Estamos parados acá parando autos nuevos que tienen todos los papeles, obviamente, y las motos doblaban una cuadra antes’. Entonces, para mí, la idea es realmente no perseguir a esa gente por motivos políticos, no sé por qué. Capaz que otro lo puede explicar mejor. Capaz que toda esta gente delincuente está en el rango de votantes del gobierno actual, no sé. Quizás sea eso, porque no dejan que nos acerquemos”.
El Jefe Departamental no tiene entidad para cumplir con su función, y Ramírez dio un testimonio de valentía por el coraje que se requiere para hacerlo.