María José Solís, integrante del Departamento Educativo de la Reserva del Puerto, habló esta mañana en la 99.9 sobre los daños que han dejado los incendios del fin de semana y la obra de desagüe, que terminó desbordando el canal de agua que desemboca en el mar. “El incendio fue dramático”, señaló.
La Reserva Natural del Puerto de Mar del Plata ha sufrido distintos episodios en las últimas horas que la han afectado severamente. Primero fueron los incendios, después una obra que intentaba desagotar los estacionamientos de los balnearios y terminó provocando un desastre.
Para dar más precisiones al respecto, habló esta mañana en la 99.9 María José Solís, defensora de ese espacio e integrante del Departamento Educativo de la Reserva. En principio, indicó que “queda muy poco de la Reserva. Hubo dos incendios consecutivos que afectaron casi la totalidad del pastizal pampeano, algo que es muy poco valorado por la gente. Teníamos una parte muy evolucionada formada por cortaderas; pero como ese lugar se quemó, ahora crecerán plantas, pero será lo que la gente llama ‘cardos’ o ‘cicutas’, no las plantas nativas que estaban”.
A futuro, todo lo que se incendió podría volver, pero mientras tanto crecerán algunas especies que parecerán descuidadas. “Primero crecerán plantas exóticas y yuyos, pero después empezarán a aparecer las otras plantas que teníamos antes. Al verlo así, puede ser que cuando lo miren piensen en usar el lugar para otra cosa. Pero el lugar, antes de quemarse, tenía una vegetación muy interesante. El incendio fue dramático, sobre todo el del sábado”, completó.
Hubo dos incendios, uno mucho más fuerte que el otro, pero ambos fueron realmente devastadores: “el incendio del viernes lo apagaron 4 bomberos en una hora. El del sábado fue muy grande, lo apagaron 40 bomberos y una cantidad similar de voluntarios y cuatro autobombas”.
Pero los problemas no terminarían allí, porque una obra terminó de completar una semana increíble. “El martes, algún funcionario sin consultar decidió que para bajar el nivel de agua que se había acumulado por la lluvia en los estacionamientos, había que bajar el nivel de las lagunitas. No es que las lagunitas desbordaron, sino que a esos lugares bajan unas canaletas que son desagües pluviales y el nivel subió. Como están todas conectadas, subieron todas”, explicó Solís.
Las autoridades responsables prometieron una cosa e hicieron otra. Por esa razón, nadie le pudo advertir a quienes hicieron los trabajos que eso estaba mal. “Ellos consultaron y dijeron que la iban a hacer el miércoles, pero fueron el martes; entonces, no había nadie mirando. Hicieron una especie de canal desde la laguna que está en tierras provinciales con maquinarias municipales, el agua salió con tanta velocidad que hicieron un canal de 30 metros de ancho y tenía la fuerza de un río de la Patagonia”, ejemplificó.
La responsabilidad, ahora, no es de nadie. Y los funcionarios, una vez más, se tiran la pelota entre ellos. “Había un puente que rompieron y ahora la Reserva está cortada por la mitad. La corriente arrastró a todos los animales que no podían luchar contra la fuerza y salieron hacia el mar. Cuando llamamos a los funcionarios, nos dijeron que no habían hecho eso y que no lo habían autorizado. El agua arrasó un médano de dos metros de alto”, remarcó María José.
Ahora, buscarán una forma de recomponer la situación, aunque el daño ya está hecho. “Hablamos con Carobino, el encargado de la Delegación Municipal Puerto, y nos mandó empleados para hacer un dique y atrapar a los animales. Hicieron un trabajo paliativo Dentro de unas horas se van a reunir con la gente de administración de los balnearios, la gente nuestra, Greenpeace y la gente de Carobino para ver cómo se soluciona este tema”, concluyó.