Reparto desigual de la riqueza un fenómeno global

Lejos de las citas propias de las décadas posteriores a la segunda guerra mundial, en las que se atribuía al capitalismo la razón de ser de todos los males desde el bloque soviético, hoy en el siglo XXI el crecimiento vertiginoso de la pobreza es motivo de preocupación en todas las capitales del mundo desarrollado.

reparto-riquezaSegún la mirada del cofundador de Microsoft y filántropo Bill Gates, existen tres grandes mitos respecto al desarrollo en el mundo: que los países pobres están condenados a seguir siendo pobres, que la ayuda externa es un gran despilfarro de dinero, y que salvar vidas contribuye a la sobrepoblación.
Por eso, en la carta anual que suele escribir para su fundación, se encargó de derribar estos mitos y afirmó que para el año 2035 “no quedará casi ningún país pobre en el mundo”.
El multimillonario estadounidense basa su premisa en todas las mejoras económicas que han implementado algunos países para salir de la pobreza y en que, poco a poco, lo fueron logrando. De hecho, desde 1990 el porcentaje de personas muy pobres se ha reducido en más de la mitad. En su opinión, las naciones todavía pobres no tienen que hacer algo sin precedentes, sino que pueden aprender de lo que ya hicieron los países en vía de desarrollo.
Esta visión optimista contrasta notablemente con lo que hoy ocurre a vista de todos sobre el crecimiento espectacular de la desigualdad económica y la pobreza aun en países considerados exitosos.
Elogiado por los premios Nobel de Economía, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, encomiado por el influyente editor del diario Financial Times, Martin Wolf, y analizado en profundidad por el semanario The Economist, “Capital in the 21st Century”, del economista francés Thomas Piketty, contiene un duro ataque al capitalismo y un rasgo que considera inherente a su funcionamiento: una creciente desigualdad que tarde o temprano será “intolerable”.
En este sentido, The Economist apodó a Piketty “el moderno Marx”, pero entre las sorpresas de este supuesto heredero del autor de Das Kapital y el “Manifiesto Comunista” está el hecho de que fue recibido simultáneamente por la Casa Blanca y el Fondo Monetario Internacional para que explicara sus tesis.
En su reseña para The New York Review Paul Krugman buscó sintetizar el interés que despierta el libro.
“Presenta un nuevo modelo que integra el concepto de crecimiento económico con el de distribución de ingresos salariales y riqueza. Cambiará el modo en que pensamos sobre la sociedad y la economía”, escribió Krugman.
El debate ya no es los centros de poder económico financieros o de capital productivo versus los países desarrollados, el debate es dentro de los propios países centrales.
Segun The Economist hoy el 1% de la población tiene un 43% de los activos del mundo: el 10% más rico maneja el 83%.
El mensaje de Piketty es que esta situación va a continuar a menos que se pongan en marcha una serie de medidas progresistas globales como un impuesto del 80% a la riqueza (no solo al ingreso).
Más allá si este remedio forma parte del esquema neoclásico como critica Palley, dado el poder de lobby de los grandes capitales y, en muchos casos, su directo manejo de la cosa pública (la política económica de Barack Obama ha estado en manos de exbanqueros de Wall Street), resulta bastante improbable que se pueda llevar adelante.
El mismo Piketty no es particularmente optimista.
“Los niveles de desigualdad en Estados Unidos hoy son similares a los que había en Europa a comienzos del siglo XX. La historia nos enseña que este nivel de desigualdad no es positivo para el crecimiento económico o la democracia. La experiencia de Europa en el siglo XX no nos hace ser muy optimistas. Los sistemas democráticos no pudieron responder de manera pacífica y la situación sólo se solucionó después de dos guerras mundiales y violentos conflictos sociales. Esperemos que esta vez sea diferente”. Los recientes datos que revelan la situación económica y social de argentina en igual plano que en la década del 90 expresan la creciente dificultad de las naciones para arbitrar un rumbo económico más justo e igualitario.