El legislador porteño habló en la 99.9 sobre la gestión de Javier Iguacel en Capitán Sarmiento y que es lo que pretenden aplicar en todo el país en materia impositiva sabiendo que es candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires.
En la provincia de Buenos Aires ya empiezan a sonar ciertos candidatos a la gobernación con un fuerte respaldo que llega desde la propia gestión. Uno de esos casos es el de Javier Iguacel, actual intendente de Capitán Sarmiento que ha contado con el apoyo de algunos actores importantes en la Ciudad de Buenos Aires.
Uno de ellos es el legislador porteño Roberto García Moritán (h) que habló en la 99.9 sobre la figura de Iguacel: “es un caso interesante para estudiarlo, es uno de los pocos ejemplos que tenemos los liberales de lo que buscamos. En Capitán Sarmiento, tenía 130 tasas cuando asumió y lo primero que hizo es bajar 109 tasas ordenando el enjambre legal e impositivo dejando sólo 21 en funcionamiento. Esto ayudó a la sensación de transparencia y orden, aumentó un 40% la facturación. Todo el tiempo queremos demostrar que si lográs desregulas y bajas los impuestos generando condiciones amables a los inversores, la facturación aumenta”.
Eso mismo pretenden trasladarlo como idea a CABA, aunque ahí se torna un poco más difícil encontrar la predisposición política: “estamos tratando en Ciudad de Buenos Aires de encontrar un equilibrio que la sociedad pueda pagar, que tenga una contraprestación y permita la inversión. Tenemos que terminar de entender que cuando un inversor pone plata en una empresa y empieza a crecer, contrata a trabajadores y estos mejoran sus condiciones de trabajo; pero cuando se castiga al inversor, sacan la plata y la lleva a otro lado. El que termina con problemas es el empleado, cuando creen que combaten al capital, lo que hacen de fondo es perjudicar al que más la necesita. Hay que tener otras lógicas de construcción”.
Justamente, en una de las últimas sesiones, se hizo viral una participación de García Moritán donde reacciona a las actitudes patoteras del Frente de Todos poniéndose de pie. Explicó entonces que “estábamos tratando una ley que generaba beneficios impositivos en los barrios populares para ver si se generaban incentivos y que algún privado invirtiera. Estos tipos estaban militando con matones en las villas días antes que se tratara la ley para convencer a los vecinos de que marcharan en contra de la ley porque les decían que los privados le iban a sacar lo que no tienen, el trabajo”.
La explicación que le encontró a este modo de amedrentar, tiene que ver con lo que ha sumido a muchas personas a esa situación de pobreza: el clientelismo político. “Básicamente, el problema de fondo es que en la tristeza y la pobreza está su caudal de votos, si va el sector privado e invierte dandole condiciones humanas de vida, el Frente de Todos pierde su caudal de votos. El día del tratamiento, llenaron todo de matones y me paré en ese momento porque estoy convencido de que hay gente decidida que ya no tiene miedo”.