Mientras el tornado arrasaba con todo en Oklahoma, Suzanne Hale, una maestra de la escuela Briarwood, obligó a sus estudiantes a colocarse debajo de los pupitres y los cubrió con su propio cuerpo, a pesar de que un poste le había atravesado la pierna.
Durante el paso del tornado, la profesora de primer grado del Colegio Elemental de Briarwood, de la localidad de Moore, protegió con su vida a sus alumnos ya que en ese momento estaban en clase.
Ante la situación de emergencia, obligó a los niños a colocarse debajo de sus pupitres durante los 40 minutos en los cuales el tornado hizo desastres. Así, logró salvar sus vidas. Luego los cubrió con su propio cuerpo, para ocultarlos de los escombros y de los objetos que volaban con las fuertes ráfagas de viento.
Según a la información que brindaron los servicios de emergencia, Hale entró en completo shock cuando vio a sus rescatistas, pero su vida y la de sus estudiantes ya estaba a salvo.
Las autoridades de Oklahoma corrigieron la cifra de personas fallecidas, después de haber indicado que fueron 51 muertos y de contar dos veces la cantidad de víctimas fatales, subsanando un error que la portavoz de la Oficina Forense Estatal, Amy Elliot, atribuyó al caos que siguió al paso del tornado. “Toda la ciudad parece un basurero”, comentó Glenn Lewis, alcalde de Moore, a la cadena de televisión NBC. Y agregó: “parece que hemos perdido nuestro hospital. Pasé por ahí hace poco y está destruido”.
El Papa Francisco, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la Comisión Europea y varios gobiernos se solidarizaron con EEUU por la pérdida de vidas humanas y los daños materiales causados por el tornado.