Fue encontrado hace ya una década, en el desierto chileno de Atacama. En ese entonces se creía que era un alienígena, pero después de un estudio realizado por el director de biología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), Garry Nolan, resultó ser un humano.
Bautizado como “Ata”, mide poco más de 15 centímetros y se halló momificado. Tenía dientes duros, una cabeza ovalada con un bulto y estaba cubierto de sarro y ennegrecido. Además tenía nueve costillas en vez de 12.
Una de las posibilidades que se analizaron, era que los restos fueran de un feto, también se habló de que podía tratarse de un mono, sin dejar de lado, que podría tratarse de un alienígena. Pero después de este estudio, se sabe “con absoluta certeza” que “es humano”, e incluso “más cercano a los humanos que un chimpancé”.
Para hallar su ADN los expertos diseccionaron dos de sus costillas y lograron obtener médula ósea, con la que pudieron descartar que se trataba de un feto o un mono.
“La secuencia que obtuvimos de la mitocondria nos señalan con un gran porcentaje de acierto que la madre es una indígena chilena”, indicó Nolan, quien agregó que “Ata” es varón.
Para los científicos, la criatura probablemente murió “en el último siglo”. Según los análisis “Ata” es “interesante mutación” de un humano que sobrevivió a su nacimiento durante seis u ocho años y en ese tiempo “respiraba, comía y metabolizaba”. El único interrogante que queda ahora es saber cuándo nació.